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La presidenta Rousseff señala que los intentos de juicio político responden al interés de mermar el crecimiento económico de Brasil.

La presidenta Rousseff señala que los intentos de juicio político responden al interés de mermar el crecimiento económico de Brasil. | Foto: EFE

Publicado 19 abril 2016



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Desde hace más de una década Brasil mantiene una política externa que choca contra los intereses de EE.UU. Analistas explican el por qué de Brasil como foco del golpismo.

Los cables filtrados de Wikileaks demostraron el rol que jugó Estados Unidos (EE.UU.) en la preparación del golpe de Estado contra Fernando Lugo en Paraguay en 2012. 

En ese momento Liliana Ayalde era embajadora de EE.UU. en Paraguay, y ahora es la actual embajadora del país norteamericano en Brasil. Ayalde tuvo un papel fundamental en el golpe de Estado contra Lugo. 

“Hemos sido cuidadosos en expresar nuestro apoyo público a las instituciones democráticas de Paraguay y no a Lugo personalmente”, escribió Ayalde en un telegrama dirigido al Gobierno de EE.UU. un año después que el mandatario paraguayo asumió la Presidencia.

En una entrevista para la web de teleSUR la doctora en derecho internacional, Carol Proner, explicó que hay similitudes entre el golpe de Estado contra Lugo y la situación que enfrenta la mandataria brasileña Dilma Rousseff.

“La gran similitud que hay entre el golpe de Estado contra el presidente Fernando Lugo que se dio en 2012 en Paraguay y el golpe institucional que enfrenta la mandataria Dilma en Brasil es que han sido golpes dentro de la democracia, es decir, se han constituido mayorías políticas en contra de la democracia y en contra de un mandato presidencial elegido en las urnas”.

En el caso de Paraguay, explicó Proner, el proceso fue muy rápido y generó muchas críticas. En el caso de Brasil “hay una acusación de crimen y se sigue el hilo constitucional para el juicio político con todos los procedimientos y también han sido apresurados por el presidente de la Cámara”.

Aunque no hay pruebas para asegurar que EE.UU. esté vinculado directamente al golpe Constitucional contra la presidenta Rousseff “hay sospechas de participación de la inteligencia americana que demuestran la conexión de los medios brasileños con los medios y grupos económicos norteamericanos”, explicó Proner.

“Lo que sí llama poderosamente la atención es que el presidente de EE.UU. no se ha pronunciado respecto a la situación de Brasil y ese es un dato que tampoco se ha hecho notar en los medios norteamericanos”, agregó.

Proner enfatizó que tampoco debe olvidarse el papel que jugó EE.UU. en el golpe de Estado militar que ocurrió en Brasil en 1964. 

Otro elemento importante es el hecho de que desde hace más de una década el gigante suramericano tiene una política externa distinta a los intereses promovidos por EE.UU. “Principalmente porque se vuelve a América Latina, se vuelve a África, a los países de Oriente Medio y se vuelve a China”.

“Todo forma parte de un ataque a las izquierdas en general”

Los ataques no son únicamente contra Dilma, sino contra el Partido de los Trabajadores liderado por Luiz Inácio Lula da Silva y en contra un proyecto social. "Las encuestas demuestran que Lula ganaría las elecciones en 2018 porque es la demostración del apoyo popular a los proyectos sociales”. 

Los logros conquistados por Da Silva y Rousseff han conformado “un proyecto social que está comprometido con la educación y la salud y eso es lo que la derecha quiere cambiar. Todo forma parte de un ataque a las izquierdas en general”, finalizó Proner.


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