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Publicado 4 noviembre 2016



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"Hay una fragmentación partidaria en Brasil monumental, no existen proyectos de país", afirmó la líder del Partido de los Trabajadores (PT).

La presidenta electa de Brasil y destituida mediante juicio político, Dilma Rousseff, afirmó este viernes que su país vive una crisis política, una fragmentación partidaria que impide garantizar la estabilidad.

Durante una rueda de prensa de la Jornada Continental contra el Neoliberalismo que inició hoy, Rousseff alertó que cualquier proyecto que quiera gobernar Brasil debe responder a la crisis que hay, porque aún no hay nadie que puede garantizar la democracia tras la destitución de su mandato, electo por más de 55 millones de brasileños.

"Ya no soy la presidenta de Brasil, estoy tratando de explicar que en Brasil tenemos una tradición distinta del resto de países de Mercosur, un problema serio de Gobierno, porque tenemos una nación dividida, una progresista o de izquierda, otra conservadora o de derecha y otra que está el centro pero que pasó a ser el neoliberalismo en pleno", explicó Rousseff desde Montevideo en Uruguay.

La República

Recordó que en su país ocurrió un golpe parlamentario bajo el disfraz de juicio político, por lo que el futuro es incierto hasta el punto que ni los analistas hacen sus predicciones sobre lo que pueda ocurrir en los próximos años. 

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En cuanto a los comicios presidenciales previstos para 2018, Rousseff destacó que las encuestas muestran a Luiz Inácio Lula da Silva como el candidato con la mayor aceptación de los brasileños, pese a que ha sido sometido a una campaña de destrucción de su reputación por los medios de comunicación.

Asimismo, señaló que no es posible extrapolar los resultados de los últimos comicios regionales a los generales de 2018, debido a que nadie sabe lo que va a pasar por el contexto nacional. 

Finalmente, Rousseff llamó la atención sobre los procesos en curso en América Latina en torno a la democracia, a los que calificó como "graves", sobre todo cuando se toma la Constitución para atentar contra los derechos de los pueblos. 


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