En la pequeña localidad cisjordana de Beit Fayyar, al sur de la ciudad de Belén, un bebé palestino de 8 meses murió a causa de la inhalación de gases lacrimógenos que fueron lanzados por el Ejército israelí.
Las autoridades señalan que el niño murió por inhalar gases al comenzar los enfrentamientos entre los palestinos y las Fuerzas Armadas israelíes.
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Desde el 1 de octubre el pueblo palestino vive el asedio israelí a consecuencia de la expulsión de cientos de musulmanes de la mezquita de Al-Aqsa, en Jerusalén. El presidente palestino, Mahmud Abbás, pidió el jueves en las Naciones Unidas que envíe un régimen de protección especial para el pueblo de los territorios ocupados, incluido Jerusalén Este, donde ahora se vive “la peor y más crítica" situación desde 1948.