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Publicado 11 marzo 2015



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Con miras a resolver el conflicto social y armado que por más de 50 años ha enfrentado Colombia, en 2012 se dio inicio a los diálogos entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El sociólogo y periodista colombiano, Alfredo Molano, en entrevista exclusiva para el sitio web de teleSUR en español, resaltó que si bien el cese al fuego bilateral que se ha discutido en Cuba no significa el fin del conflicto, supone un avance para alcanzar la paz en su país.

Destacó además la importancia de que los familiares y dolientes de las víctimas reciban las respuestas pertinentes de lo que ha sucedido y de esta manera hacer justicia.

Lea a continuación la entrevista íntegra de teleSUR a Alfredo Molano.

1.- ¿Cuáles son las bases del conflicto armado en Colombia, por qué se originó y en qué ha derivado?

Bueno, las bases del conflicto armado en Colombia son dos paralelas y asociadas. La primera es un conflicto de tierras que desde los años 20 se mantiene vigente y la segundo, es una exclusión política, justamente de reclamos populares que se ha mantenido más o menos permanentemente; por tanto las dos cosas crearon una situación de conflicto, que ha derivado en el conflicto armado.

A partir de la expansión cafetera en Colombia en los años 20, las tierras cobraron mucho precio y los campesinos, que antes estaban atados a las haciendas, decidieron sembrar café; sembrar café significaba quitarle mano de obra  a las haciendas por un lado, y por otro lado significaba también competir con las haciendas, entonces el Gobierno comenzó a reprimir esos movimientos de campesinos y vinculándolos a tendencias de carácter partidistas, políticos, se acusaba de esas revueltas y esos movimientos al Partido Liberal y se entró en un proceso de rivalidad política que se agrava cuando el Partido Liberal toma el poder y aconseja a algunos (campesinos) en reclamación y el Partido Conservador resuelve atacar militarmente, con armas, a esos movimientos políticos campesinos. Allí es que comienza el conflicto armado ya propiamente dicho.

Entonces son dos causas: una, el problema agrario, y otra el problema político.

2.- ¿El cese al fuego significa el fin del conflicto social y armado en Colombia o quedan asuntos pendientes?

El cese de fuego puede ser parte del proceso de dejación de armas, pero el proceso de dejación de armas, como su término lo indica, no es un acto, no es que hay un acto donde las guerrillas van y entregan las armas y se acabaron los problemas. Es un proceso donde a cambio de asegurar garantía política y para la vida de las guerrillas, las guerrillas irán dejando las armas poco a poco.

Ahora bien, eso depende de acuerdos, posiblemente de una nueva constituyente, pero lo que sí es claro, es que si con la paz terminas todo, no, con la paz queda el conflicto social, lo que se acaba es la fórmula en que ese conflicto social transcurre.

Lo que se negocia en La Habana es netamente las armas y las raíces económicas y políticas, por lo tanto, una vez que se silencien los fusiles los conflictos seguirán, pero serán tramitados por las vías políticas y no por las armas.

3.- En ese caso, ¿Cuáles serían los caminos para cerrar las cicatrices de 50 años de guerra?

Yo creo que las víctimas del conflicto armado son la gente que más le duele lo que ha pasado y hay un cierto ánimo de perdonar, hay un gran ánimo de perdonar, la gente no quiere saber más, la gente que fue herida, la gente que tiene muertos, la gente que carga el dolor quiere perdonar y quiere terminar el conflicto y esas heridas el tiempo las irá cicatrizando.

Lo otro que contribuiría a cicatrizar las heridas, sería una explicación cada vez más profunda del conflicto armado, explicar es perdonar y yo creo que ya se ha iniciado ese proceso de explicar el conflicto armado.

La gente quiere saber la verdad histórica, la gente quiere saber qué pasó con sus muertos y en eso poco a poco ir haciendo un proceso tanto de explicación histórica como de explicación forense, y así, las heridas irán cerrando.

4.- ¿Cuál sería la manera de que esas personas tengan justicia?

Yo creo que la justicia está en las respuestas de lo que pasó, dónde están, cómo desaparecieron, cómo fueron las muertes, dónde están enterrados sus restos y contarles la verdad de lo sucedido.

Porque las FARC no están dispuestos a pagar cárcel, a entregar las armas para ir a una cárcel y yo creo que tampoco lo estarían los federales, tampoco estarían dispuestos los empresarios que denunciaron el paramilitarismo, tampoco estarían dispuestos los políticos que se beneficiaron del paramilitarismo o que se beneficiaron también de la guerrilla, todos esos máximos responsables no irían a la cárcel, no aceptarían la cárcel.

5.- ¿Qué pasa con los demás actores del conflicto como los grupos insurgentes y por qué los paramilitares no están incluidos en los Diálogos de Paz?

Los paramilitares no están incluidos en los diálogos de paz porque no están rebelados, porque no son insurgentes, no se han declarado en contra del Estado, sino a favor del Estado. Los paramilitares eran grupos de apoyo a los militares que es una fuerza constitucional, simplemente que están fuera de esa órbita, pero realmente nunca se declararon en insurgencia o en rebelión, por lo tanto no hacen parte de esa negociación

Ahora, ¿qué pasa con los otros grupos?. Los otros grupos, por ejemplo el ELN, ya está en conversaciones con el Gobierno y sin ninguna duda ya ha estado en conversaciones con las FARC para aceptar, digamos una dirección de trabajo estratégica.

El otro grupo denominado el EPL, que no se ha tomado en cuenta, ha sido señalado siempre como un grupo que tarde o temprano entrará en acercamientos con el Gobierno.

6.- ¿Cómo se plantea la solución al problema de la justa distribución de las tierras que es uno de los ejes principales del diálogo?

El problema en Colombia ha sido por los baldíos, que han sido repartidos por servicios militares, en las guerras civiles, a los generales vencedores, a los soldados del Ejército se le dan tierras; se pagan las tierras con tierras. En fin, los baldíos siempre han sido un capital político de los gobernantes y a la colonización le han dejado muy poco, la colonización tenía que entrar un poco a la fuerza, pero naturalmente que en esas zonas los únicos que tienen títulos son los grandes latifundistas, por lo que la primera obligación en una solución agraria es que a los campesinos les sean reconocidos sus títulos por haber trabajado esas tierras, apelando a la vieja doctrina de morada y labor. A la gente hay que reconocerle su trabajo sobre sus tierras.


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