El presidente de facto de Brasil, Michel Temer, ha venido ejerciendo medidas políticas y económicas que han derivado en el detrimento de la mayoría de los brasileños.
Las políticas neoliberales del Gobierno de facto han impulsado un paquete de medidas capitalistas en las que se despoja de participación al Estado brasileño, por la privatización de un elevado porcentaje de empresas que estaban bajo la administración del Estado.
Ya para febrero de este año se contabilizaban 57 empresas de servicios públicos privatizadas en todo el territorio brasileño.
>> ¡Basta ya! Obreros y sindicalistas pedirán cese al neoliberalismo en Brasil
Consecuencias de la privatizaciones
- La política privatizadora de Temer ha representado la pérdida de programas de protección social aplicados desde 2003 por el Partido de los Trabajadores (PT).
- Organizaciones sociales han denunciado que la política de privatización en Brasil ha profundizado la desigualdad social, el incremento en las cifras de pobreza e indigencia.
- También han denunciado la pérdida de conquistas sociales y laborales, luchadas por los sindicatos y las masa obrera durante varios años.
- La medida de privatización de Temer ha avanzado contra las jubilaciones, al elevar la edad mínima de jubilación, 65 para los hombres y 60 para las mujeres.
- Disminución de los beneficios para la clase trabajadora en tiempos de emergencia económica.
La administración de Temer ha disminuido la estimación presupuestaria colocada para financiar programas sociales implantados en Gobiernos previos a su arribo al poder, por ejemplo el caso puntual del proyecto Mi casa, Mi vida, que fue fundado por el Partido de los Trabajadores de Brasil (PT), mismo que fue suspendido por el mandatario interino en mayo de 2016.
>> Movimiento Sin Tierra encabeza Marcha Nacional Lula Libre por Brasil
Temer con la implementación de estos ajustes demuestra sus intenciones de desarrollo de una política económica centrada en el sector privado, al que ha ido cediendo durante estos casi dos años de mandato.