El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, autorizará la polémica venta de equipamiento militar a las fuerzas policiales, prohibida por su predecesor Barack Obama, informaron este lunes fuentes de la Casa Blanca.
Bajo el título "Restauración del acceso a recursos y equipos de de salvamento para las fuerzas de seguridad estatales, locales y tribales", Trump emitió así una orden ejecutiva que revierte la implementada por Obama.
Funcionarios vinculados al tema indicaron que Trump reanudará este programa creado en 1990, que en 25 años permitió transferencias de equipos militares a la Policía por un total de 5.400 millones de dólares.
Quienes se oponen a esta medida sostienen que dotar a la policía con bayonetas, lanzagranadas y aviones no tripulados (drones), empeoró el vínculo con la comunidad y llevó a una virtual carrera armamentista en las calles de Estados Unidos.
El senador republicano Rand Paul mostró su profundo desacuerdo y deploró que se "subsidie la militarización".
The militarization of our law enforcement is due to an unprecedented expansion of government power in this realm.
— Senator Rand Paul (@RandPaul) 28 de agosto de 2017
Mientras que el fiscal general Jeff Sessions, en la convención nacional de la Orden Fraternal de la Policía en Nashville (Tennessee, EE.UU.), indicó que la Administración de Trump decidió recuperar el programa por el que se proveía a los departamentos de policía locales con equipo militar sobrante.
"Trump está haciendo todo lo posible para restaurar la ley y el orden y apoyar a nuestra policía en todo Estados Unidos. Equipos como helicópteros y vehículos blindados también son de vital importancia para los esfuerzos de emergencia y respuesta a desastres", agregó.
En retroespectiva
En mayo de 2015, el entonces presidente Obama decretó terminar con lo se consideró una militarización de la policía, después de la controvertida actuación policial en protestas en Baltimore (Maryland) y Ferguson (Misurí).
En aquel episodio, la Policía respondió con material antidisturbios y desplegó gases lacrimógenos, perros y vehículos blindados, llegando incluso a apuntar con rifles de asalto contra los manifestantes.
Esas protestas se produjeron por el asesinato de hombres afroamericanos desarmados por parte de la policía.
Según la ley estadounidense, el uso de armas mortales por parte de la policía sólo es justificable si un sospechoso representa una amenaza real para un oficial o la comunidad.