El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este jueves que llevará la batalla legal sobre su nuevo veto migratorio hasta las instancias del Tribunal Supremo, luego de que recibiera el bloqueo de dos nuevos juzgados.
El mandatario está convencido de que resultará victorioso en última instancia.
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"Vamos a pelear contra este terrible fallo, vamos a llegar hasta el Tribunal Supremo, vamos a ganar y vamos a mantener seguros a nuestro país y a nuestros ciudadanos", apuntó Trump durante un mitin en la localidad de Nashville, en Tennessee.
Estas declaraciones fueron realizadas luego del fallo emitido por el magistrado de Hawái, Derrick Watson, el cual dejó sin efecto el decreto de suspensión de la entrada a Estados Unidos de inmigrantes de seis países, de mayoría musulmana.
De esta manera, el presidente estadounidense denunció el fallo de Watson como "un exceso judicial sin precedentes". A su vez, garantizó que la Constitución le otorga poderes para suspender la inmigración ante la aparición de riesgos que afecten la seguridad nacional.
.@POTUS on federal judge in #Hawaii halting revised travel ban: "This is, in the opinion of many, an unprecedented judicial overreach." pic.twitter.com/HPl1l53CRo
— Fox News (@FoxNews) 16 de marzo de 2017
"Creo que debemos volver al primer (veto) y recorrer todo el camino (hasta el Supremo). Esto es lo que quería hacer en primer lugar", dijo el presidente, en relación con su primer veto migratorio, rechazado por la Justicia a principios de febrero.
Luego del bloqueo al primer veto, Trump presentó, a inicios de marzo, una versión revisada, con algunos cambios en el tono de la medida, convencido de que esquivaría el escrutinio judicial.
La nueva medida suspendía durante 120 días el programa de acogida a refugiados y por 90 la entrada de ciudadanos procedentes de Irán, Somalia, Sudán, Siria, Yemen y Libia.
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El segundo veto, a diferencia del primero, excluye a los ciudadanos de Iraq del grupo de países vetados y modifica la provisión sobre los refugiados sirios, que tendrían prohibida la entrada al país durante 120 días y no de manera indefinida.