Los habitantes que residen en las adyacencias del hospital mexicano Materno Infantil de Cuajimalca al poniente de la ciudad de México D.F. También vivieron momentos de desconcierto y pánico luego de que explotara una pipa (camión cisterna) en el centro hospitalario.
Germán Ramírez que vive a un costado de la carretera México-Toluca en Contader; es una de esas personas que narró los hechos: “A un kilómetro de distancia se escuchó un estruendo, cimbró todo como si fuera un temblor y tronaron los vidrios de las ventanas. Empezó a oler a humo y después se escucharon las sirenas”.
Paralelamente Manuel explicó que “Llegamos y la gente estaba asustada, llorando y a gritos pidiendo auxilio entre nubes de polvo, era como un pedacito del sismo de 1985”.
En el caso de Emiliano Lara que vive a 100 metros de espalda al hospital, describió que primero escuchó cómo corría el personal de rescate y emergencias. “ Todo voló, el techo del hospital se elevó entre 10 y 15 metros. Sólo alcancé a abrazar a mi hija y nos pertrechamos detrás del zaguán. No hubo fuego, sólo un flamazo grande, después una tolvanera que cubrió el inmueble. Todo quedó reducido a escombros, sólo una parte de la estructura de acero quedó en pie”.
Explicó que las casas aledañas sufrieron daños leves, como el jardín de niños, que a esa hora estaba vacío. “Tenía todos los cristales rotos y las ventanas se curvaron hacia adentro”.
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Adriana Ortega dormía mientras detonaba el camión a las 7:00 hora local: “Salimos descalzos después de oír el estruendo. Yo vivo casi enfrente, a un lado del 'kínder'. Nos pidieron que cerráramos los tanques de gas y que saliéramos de la casa, por temor a otra explosión. Mi casa es de madera y se quedaron las tablas chuecas. No nos han permitido regresar”.
Yatziri Contreras, una de las enfermeras del hospital, explicó que había terminado su turno la noche del miércoles, detalló que en el área de incubadoras había ocho bebés, uno de ellos grave y entubado, y los demás sólo en observación.
“El hospital estaba repleto; había 24 madres con bebés, y la sala de urgencias estaba medio llena con 15 personas”. En este orden indicó que junto con otros compañeros ofrecó ayuda, pero se les dijo que no era necesario y que el próximo martes se les dirá dónde sería reubicado el personal médico y las enfermeras.
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