El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ratificó su voluntad para "escuchar todas las propuestas e iniciativas, dentro del marco constitucional" con el objetivo de poner fin a la violencia promovida por sectores asociados a la derecha en ese país.
La postura del mandatario fue expresada al arzobispo de Managua, Cardenal Leopoldo Brenes, a través de una carta en la que además invita a consensuar a través del diálogo de paz que avanza en ese país para garantizar la seguridad y tranquilidad a las familias nicaragüenses.
Llamó al "cese de toda forma de violencia, venga de donde venga; el libre tránsito de las personas y del transporte público y privado que es vital para la sobrevivencia".
Las familias nicaragüenses están siendo asediadas desde hace más de 50 días por grupos vandálicos asociados a la oposición en ese país que buscan desestabilizar al Gobierno de Ortega. Para acordar el cese de estos actos, fue instalada una mesa de diálogo con mediación de la Conferencia Episcopal.
A las sesiones acuden representantes del Gobierno, la empresa privada, estudiantes, universidades, miembros de la sociedad civil, trabajadores, los sectores rurales, las iglesias evangélicas, comunidades indígenas y afrodescendientes.
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