El papa Francisco llamó este domingo a todas aquellas naciones que reciben gran flujo de inmigrantes y refugiados a mantener un trato de cordialidad y hospitalidad para quienes están llegando a sus países.
Durante la cuarta edición anual de la ceremonia de Jornada Mundial del Migrante en el Vaticano, el sumo pontífice destacó que los ciudadanos locales deben considerar que quienes emigran, llegan a sus naciones con la premisa de un mejor futuro y también con el miedo de ser rechazados y/o fracasar.
"El pecado es dejar que esos temores determinen nuestra respuesta, condicionen las decisiones, comprometan el respeto y la generosidad, alimenten el odio y el rechazo", precisó.
Asimismo, aseguró que los refugiados también deben integrarse no solo con la ciudadanía, sino también con las leyes, tradiciones y culturas que existen en ese país, como forma de respeto.
Igualmente, los residentes pueden sentir temor a que estos modifiquen el orden de su sistema habitual, pero ambos deben considerar la compresión desde el respeto y la integración.
"No es fácil entrar en la cultura de otros, ponerse en el lugar de personas tan diferentes a nosotros, comprender sus pensamientos y experiencias", explicó Francisco durante la ceremonia conmemorativa que se celebrada por la iglesia católica desde 1914.
Durante la celebración anual asistieron más de 200 inmigrantes hindúes, 800 rumanos, 450 indios convertidos en la religión católica, 50 libaneses maronitas, 2.000 filipinos y cientos de inmigrantes de diferentes doctrinas religiosas.
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