La sequía, los conflictos, los desplazamientos y las enfermedades provocan en la actualidad graves crisis humanitarias. Al menos 20 millones de personas están al borde de una hambruna en Somalia, Sudán del Sur, Yemen y el nordeste de Nigeria, informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Conflictos
Los conflictos suelen ser el factor más común que aumentan el riesgo de hambruna en esos cuatro países. Son la principal causa de deterioro y destrucción de los sistemas de agua y de saneamiento.
En Yemen, por ejemplo, tras dos años de enfrentamientos, las redes de suministro urbano están destruidas y los servicios esenciales colapsados.
En el nordeste de Nigeria, al menos del 75 por ciento de la infraestructura de agua y saneamiento están dañadas en las zonas afectadas desde el inicio del conflicto.
Tres años de conflicto en Sudán del Sur ha dejado casi la mitad de los puntos de suministro de agua de todo el país completamente destruidos.
Desplazamientos
El desplazamiento de personas víctimas de violencia o conflictos, los expone a consumir agua contaminada. Muchos campamentos provisionales terminan convirtiéndose en focos de propagación de enfermedades.
Al menos 8,3 millones de personas desplazadas en los cuatro países mencionados están amenazados por la hambruna.
Malnutrición
El agua contaminada y un saneamiento deficiente empeora la malnutrición en los niños. “Por mucho que un niño malnutrido coma, no se pondrá bien si el agua que bebe es insalubre”, explicó Manuel Fontaine, director de Programas de Emergencia de Unicef.
Un niño desnutrido también es más susceptible a contraer enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera. Unos 2.100 millones de personas carecen de agua potable en todo el mundo.
Sequía
Fenómenos meteorológicos, cambio climático, inundaciones y sequía afectan los suministros de agua. Una zona donde la calidad del agua es nula obliga a que las familias abandonen sus hogares. El panorama suele ser desolador, el agua puede ser insuficiente o insalubre y expone a las personas a contraer numerosas enfermedades.
La sequía en Somalia que no da tregua desde 2016 y ha agravado la situación humanitaria. Asimismo, países del Cuerno de África como Djibouti, Etiopía y Kenia también sufren los embates por falta de agua.
“La región del Lago Chad, en África occidental, ha perdido cerca del 90 por ciento de su masa hídrica desde 1963 debido a la variabilidad climática y a la presión demográfica, lo que ha tenido consecuencias devastadoras para la seguridad alimentaria de esta región”, asegura Unicef.