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La adolescente que fue víctima de una violación masiva consumada por al menos 30 hombres, se expresó a través de su cuenta en Facebook y escribió: “No me duele el útero, me duele el alma”.
El caso de esta menor de tan solo 16 años ha conmocionado a todo el país. Esta agradeció el apoyo que ha recibido a través de las redes sociales, pero también dijo que está asustada, porque ha recibido amenazas por ese mismo medio.
"Todas podemos pasar por esto un día. No me duele el útero. Lo que duele es el alma porque existen personas tan crueles que son ímpunes", escribió la joven, que vive en una favela de Río de Janeiro con sus padres y un hijo de tres años.
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La menor contó que ella salió de su casa para verse con su novio, Lucas Perdomo, de 20 años, quien es jugador de fútbol del club Boavista y supuestamente asociado con el grupo narcotraficante Comando Vermelho.
Ella dice que fue drogada porque no sabe en qué momento dejó de estar con su novio y cuando despertó estaba rodeada de al menos 30 hombres.
La adolescente llegó a su casa después de que los agresores la abandonaran en el lugar de la violación con los genitales sangrando.
Intentó ocultar a su familia la agresión, pero sus padres se enteraron de lo que le había sucedido después de ver las fotos y el video que los agresores grabaron y difundieron por las redes sociales.
La adolescente expresó en las redes sociales que las mujeres violadas tienen que ser tratadas como víctimas y no como culpables. “Hasta el comisario que comanda las investigaciones me culpó por lo ocurrido”, afirmó la adolescente al detallar que le faltaron al respeto cuando fue interrogada por la Policía debido a que en las preguntas insinuaban su culpa en lo ocurrido.
En contexto
El caso de violación de una adolescente de 16 años a manos de más de 30 hombres tuvo lugar el pasado sábado en la ciudad de Río de Janeiro. La víctima, luego de estar desaparecida durante más de tres días, logró regresar a su hogar el martes gracias a la colaboración de un vecino.
Según declaraciones de la víctima, en la madrugada del sábado ella se reunió con su novio en una favela de la zona oeste de Río, cercana a las instalaciones de los Juegos Olímpicos.
Luego de estar por unas horas a solas con él, ella comenta haber perdido el conocimiento hasta el domingo, cuando despertó desnuda, dopada y rodeada de 33 hombres armados con fusiles y pistolas.
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