En contexto
Antes de estallar la guerra, Siria se caracterizaba por ser un país próspero. Para 2010 el índice desarrollo humano (IDH) de esa nación se ubicaba en 0.662 puntos y con un nivel de convivencia estable, las múltiples religiones y credos coexistían y se respetaban mutuamente.
Su producto bruto antes del conflicto era de 110.1 mil millones de dólares y además era el único país árabe con una constitución laica, y en donde las mujeres gozaban de los mismos derechos que los hombres, en educación, salud y oportunidades laborales.
Desde marzo del año 2011, la República Árabe de Siria, pequeño país del Levante Mediterráneo, sufre una de las agresiones terroristas más sangrientas desde la invasión estadounidense a Irak y Afganistán a inicios del Siglo XXI. Más de 250 mil muertos, un millón de heridos, 7,6 millones de desplazados internos y 4 millones de refugiados, principalmente en países vecinos.