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El Programa Mundial de Alimentos (PMA) advirtió -hace poco más de dos semanas- que 14 millones de personas de África meridional podrían estar en riesgo de pasar hambre a causa de la sequía generada por el fenómeno de El Niño.
Esta situación ya comienza a verse reflejada en Zimbabue (sur) un país con alrededor de 15 millones de habitantes, según indicadores del Banco Mundial, donde los niveles de sequía han llegado a tal punto que un cuarto de su población necesita ayuda urgente (aproximadamente 3,75 millones).
A finales de 2015 el PMA y el gobierno de Zimbabue hicieron otra valoración por las consecuencias del fenómeno natural.
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Para ese entonces, señalaron que 1,5 millones de zimbabuenses sufrirían inseguridad alimentaria en la estación de cultivo de 2016-2017. Sin embargo, datos más recientes sugieren que esta cifra podría duplicarse.
El PMA destacó que los casos más preocupantes se registran en los países de Zambia, Malaui, Madagascar y Zimbabue, naciones que en 2015 contabilizaron los niveles más bajos de lluvia de la zona afectando gravemente el cultivo de cereales.
Tradicionalmente, los zimbabuenses utilizaban pozos para obtener agua potable para sus cultivos, pero la prolongada sequía ha hecho retroceder en gran medida las reservas subterráneas de agua, y ha dejado en jaque al sector agrícola.
El gobierno de Zimbabue se ha visto en la necesidad de importar alimentos para evitar la hambruna, sin embargo, esta situación es complicada para muchos habitantes por el alto costo de los productos.
Aunado a ello, el país necesita importar unas 700 mil toneladas métricas de maíz para satisfacer las necesidades de su población.
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