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Publicado 19 febrero 2016



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Una comisión de la Fiscalía acelera las pesquisas del caso que no sólo se registran en el penal La Modelo en Bogotá, sino también en otras tres penitenciarias. 

La Fiscalía General de Colombia comenzó a investigar un capítulo oscuro, dantesco y brutal de esos que se dan en el territorio colombiano. Se trata del descuartizamiento de al menos 100 personas en la cárcel Modelo de Bogotá.

Estos hechos salen a la luz pública después de más de 15 años de haber sido perpetrados.

La fiscal Caterina Heyck Puyana, directora de Articulación de Fiscalías Nacionales Especializadas, informó que las personas fueron desaparecidas en La Modelo entre los años 1999 y 2001. 

El hecho es conocido producto de la investigación que efectúa la Fiscalía por el caso de la periodista Jineth Bedoya, quien fue secuestrada, violada y torturada en el penal de Bogotá en el año 2000 cuando la profesional hacía un trabajo sobre los horrores que ocurren en dicho centro carcelario para el diario colombiano El Espectador.

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Lo grave del caso es que las víctimas no sólo fueron reclusos, sino también visitantes y personas ajenas al penal de diferentes partes del país. Los encargados de cometer estos hechos atroces arrojaban los cuerpos por la red de alcantarillado de la cárcel.

Heyck informó que desde el año pasado iniciaron pesquisas por graves violaciones a los derechos humanos, desaparición y descuartizamiento de varias personas, no sólo en la penitenciaria La Modelo, sino también en otras tres cárceles del país como: San Isidro de Popayán, La Modelo de Bucaramanga y El Bosque de Barranquilla.

“Los horrores de lo que aconteció en esa cárcel deben ser analizados de manera penal por la Fiscalía, pero también necesita de una reflexión profunda en la sociedad colombiana", manifestó la Fiscal.

Estos crímenes fueron perpetrados por paramilitares y antiguos capos del narcotráfico, quienes han confesado a la Fiscalía que estas desapariciones y descuartizamientos son una realidad al interior de varios centros carcelarios del país.

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Para acelerar las investigaciones, la Fiscalía conformó un grupo especial de funcionarios que integran la Unidad de Justicia Transicional quienes ya practicaron varias inspecciones judiciales en La Modelo de Bogotá.

CONTEXTO

En el año 2000 cuando estaba en pleno recrudecimiento el conflicto armado en Colombia, la periodista Jineth Bedoya investigaba para el diario 'El Espectador' una historia de tráfico de armas que involucraba tanto a la Policía como a los paramilitares de las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia).

Un paramilitar encarcelado la citó el 25 de mayo en la prisión La Modelo de Bogotá para concederle una entrevista en relación a otro asunto. Bedoya nunca llegó a cruzar el umbral de la cárcel. Tres hombres la metieron en un coche. 16 horas después la arrojaron a una cuneta. Salvó su vida, aunque estaba condenada a muerte; pero esto sólo lo supo horas después de su liberación.

Actualmente, es la subdirectora del diario El Tiempo y aún mantiene viva su lucha por la defensa de las mujeres abusadas sexualmente en su país, además la demanda interpuesta contra el Estado sigue su curso en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. 

Uno de los tres involucrados por el caso de Bedoya es el exparamilitar alias Panadero quien aceptó su responsabilidad en el hecho y ofreció informaciones sobre los casos de descuartizamiento en las cárceles. 

La periodista celebró la decisión de la Fiscalía de investigar estos atroces hechos pero dijo que esto debió ocurrir hace muchos años. "Esa es una deuda que el Estado tiene no sólo con Jineth Bedoya, sino con cientos de víctimas de la cárcel La Modelo". 

"Yo alcancé a documentar 16 desaparecidos con nombres, apellidos y testimonios de sus familiares. Según información de los propios internos de la cárcel La Modelo, estas personas fueron descuartizadas y tiradas a las redes de alcantarillado. Así ocurrió bajo la mirada cómplice de funcionarios del Inpec, la Policía y de personas que trabajaban con guerrilla y paramilitares", denunció la comunicadora social.

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