La Confederación General del Trabajo (CGT) de Argentina amenazó al Gobierno de Mauricio Macri con una huelga de 24 horas, aunque no le ha puesto fecha. Se estima que la fecha se defina después del jueves de la semana próxima, cuando la dirigencia de la CGT se reunirá con el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay.
Las dos facciones de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) podrían sumarse a la medida de paro general, que sería el primero que afronta el Gobierno de Mauricio Macri.
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Juan Carlos Schmid, integrante del triunvirato que desde el 22 de agosto conduce a la CGT unificada, dio el anuncio al término de un encuentro con 120 secretarios generales. “Tenemos las facultades en la mano para llevar adelante una medida de fuerza con un paro de 24 horas”, soltó Schmid.
Sin embargo, Héctor Daer, otro miembro del triunvirato, aclaró que por ahora seguirán con las negociaciones con el Gobierno. “Lo único que falta es la dimensión de la medida de fuerza y el momento. Eso será lo que esta conducción amerite que tenga que hacer. Si anunciamos hoy un paro no dialogamos más”, señaló.
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Los sindicatos argentinos habían acordado no levantarse y garantizar la paz social hasta ahora a cambio de aumentos salariales y más dinero para sus organizaciones. Pero el presidente argentino se ha negado a reabrir las paritarias para discutir nuevas subidas, lo que ha sido interpretado en la CGT como una declaración de guerra.
Durante los primeros meses del año, los sindicatos cerraron paritarias con subidas salariales por encima del 30 por ciento, para ponerse a tono con la inflación que impera en Argentina. Pero ante el deterioro de la situación económica, exigieron abrir las paritarias otra vez. Pero Macri se negó por el supuesto impacto que tendrá una nueva actualización salarial en la inflación, una de las principales batallas que enfrenta Macri.
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Un Gobierno en eterno enfrentamiento con los sindicatos
La relación entre la Administración de Macri y los sindicatos nunca ha sido sencilla. El Presidente recibió a los siete sindicalistas más poderosos de Argentina en la Casa Rosada apenas asumió el poder, en un intento por demostrar que respetaba el poder sindicalista.
Y es que los sindicatos representan al peronismo con mayor capacidad de movilización. Macri, en tanto, debe cambiar el paradigma de que el último presidente democrático no peronista en terminar su mandato fue el radical Hipólito Irigoyen, en 1922. Otro radical, Raúl Alfonsín, estuvo cerca de terminar su mandato en 1989, pero tuvo que adelantar el traspaso de diciembre a julio al peronista Carlos Menem, por causa de una crisis económica que derivó en hiperinflación.
Los “gordos”, como se les conoce a los líderes sindicales que llevan décadas al frente de sus gremios, al final del Gobierno de Cristina Kirchner, se dividieron. Hugo Moyano, al frente del poderoso gremio de los camioneros, por ejemplo, hizo campaña por Macri. Pero el amor no duró. Moyano se distanció y la CGT, dividida hasta agosto en tres grandes centrales, se reunificó.
Desde entonces aumentó la presión contra Macri. La amenaza de un paro sin fecha por los “gordos” será llevada ante el ministerio de Economía cuando se reúnan con su titular, Alfonso Prat-Gay, el próximo 29 de septiembre. Allí presentarán una vez más sus reparos a la situación económica.
Los gremios más combativos hasta ahora fueron los agrupados en la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), fuerte entre los empleados públicos. Pero la CGT, más cercana al peronismo tradicional, ha decidido negociar con el Gbierno bajo presión, sin movilización de calle. La declaración de un paro nacional es una de sus estrategias.
En contexto
El pasado 23 de agosto, la nueva conducción de las tres ramas de la CGT confluyeron en un triunvirato que está compuesto por Juan Carlos Schmid, del sindicato marítimo; Héctor Daer, del sector de sanidad; y Carlos Acuña, del sindicato del personal de las expendedoras de combustible.