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El estudio de la Universidad de Berkeley demostró que la privación de sueño lleva a elegir alimentos más calóricos.

El estudio de la Universidad de Berkeley demostró que la privación de sueño lleva a elegir alimentos más calóricos. | Foto: EFE

Publicado 31 julio 2017



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"Dormir mal disminuye la acción de la leptina, hormona reguladora de la saciedad, y aumenta la concentración de la grelina, hormona del hambre", explicó el endocrinólogo Alejandro García. 

Un estudio de la Universidad de Berkeley en California, EE.UU., detectó que reducir el abdomen mejora en un 20 por ciento la calidad del sueño y reduce la incidencia de la apnea.

"Parece ser que la obesidad y calidad del sueño están muy relacionadas, ya que dormir mal disminuye la acción de la leptina, hormona reguladora de la saciedad, y aumenta la concentración de la grelina, hormona del hambre, responsable del aumento de la ingesta", explicó el endocrinólogo argentino Alejandro García.

El estudio demostró que la privación de sueño lleva a elegir alimentos más calóricos, lo que sumado a la alteración hormonal antes mencionada lleva a desarrollar obesidad o tener dificultad para bajar de peso.

Fuente: EFE
El dato: Entre un 60 y 70 por ciento de las personas que padecen apnea del sueño son obesos o tienen sobrepeso. 

"Hay gran cantidad de información que describe las alteraciones del sueño asociadas a obesidad, tales como apneas, insomnio o el síndrome de las piernas inquietas y a su vez muchas de esas patologías tienen una correlación directa con eventos cardiovasculares graves o accidentes cerebrovasculares", detalló García.

No es la primera vez que el sobrepeso y la falta de sueño son vinculados, en 2011 el experto Karl Johansson y un grupo de científicos del Instituto Karolinska de Estocolmo en Suecia llegaron a la conclusión que una dieta baja en calorías podría beneficiar a quienes sufren de apnea del sueño, enfermedad que afecta a personas con obesidad.

Los especialistas suecos evaluaron la evolución de 63 hombres con edades comprendidas entre los 30 y 65 años y un índice de masa corporal (IMC) de entre 30 y 40 (el IMC oscila de 18,5 a 24,99 y quien tiene más de 30 es considerado obeso).

De los 63 sujetos, 58 siguieron una dieta sana y baja en calorías y acudieron a un programa de orientación en el que se les daba consejos para mantener el peso alcanzado.

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Un 48 por ciento de los pacientes no necesitó la máscara para respirar que habitualmente utilizan quienes padecen apnea y en un 10 por ciento desapareció por completo esta patología, según los investigadores. 


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