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  • Tres cuartas partes de las personas que padecen hambre en el mundo viven en zonas rurales. (Foto: EFE)
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    Tres cuartas partes de las personas que padecen hambre en el mundo viven en zonas rurales. (Foto: EFE)

A un año de cumplirse en el 2015 el plazo para reducir el hambre en el mundo como uno de los objetivos del milenio fijado por la ONU,  63 países del total de 189 firmantes han alcanzado superar esta meta. No obstante, a nivel global siguen existiendo 805 millones de personas que sufren de hambre y desnutrición crónica.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) fijó en el  2000 una serie de metas a alcanzar a las que denominó Objetivos del Milenio. En dicho listado, la alimentación y el hambre constituyen un apartado importante, ya que los 189 países firmantes se comprometieron a reducir a la mitad la proporción de personas subalimentadas para el año 2015.

Cada 16 de octubre se celebra el día mundial de la alimentación

A un año del plazo para cumplir este objetivo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) ha informado que 63 países en desarrollo han alcanzado la meta del hambre y seis más están en camino de conseguirlo.

A propósito de celebrarse el 16 de octubre el día mundial de la alimentación, proclamado en 1979 por la FAO, el auge de la lucha para concienciar a las poblaciones sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra la desnutrición y la pobreza debe ser mayor, para garantizar a los demás países el alcance del objetivo planteado.

Acción apropiada

El fomento de políticas orientadas a la alimentación y nutrición en el mundo para lograr la reducción del hambre requiere de un correcto enfoque de diversos elementos y programas que fomenten, tanto el desarrollo rural como los mercados y las tecnologías.

805 millones de personas en el mundo siguen privadas de una alimentación adecuada

La FAO ha estimado en su informe sobre el estado de la inseguridad alimentaria en el mundo correspondiente al 2014 que “si se intensifican los esfuerzos apropiados de forma inmediata”, promoviendo inversiones públicas y privadas para aumentar la productividad agrícola, mejorar el acceso a los insumos, la tierra y los servicios, se puede dar cumplimento pleno al objetivo referente a la reducción del hambre en el mundo.

A nivel global, el documento señala que todavía existen 805 millones de personas que sufren de hambre y desnutrición crónica, o sea uno de cada nueve hombres no tienen acceso a la alimentación necesaria, lo cual ha sido calificado por la FAO como inaceptable.

Lo positivo es que 100 millones de personas dejaron de padecer hambre en el mundo en la última década. Esta cifra representa una disminución de más de 200 millones de personas desde 1990-1992.

Estas cifras implican que el nivel de desnutrición cayó del 18,7 por ciento al 11,3 por ciento de la población mundial y de un 23,4 por ciento a un 13,5 por ciento si se toman solamente las estadísticas de los países en desarrollo.

Incidencias mundiales

Pese a los progresos realizados a nivel global, aún continúan existiendo grandes diferencias entre las regiones. Esta situación se evidencia en mayor medida en África, continente cuyo avance ha sido el mas lento en la consecución de los objetivos internacionales relacionados con el hambre, quedando especialmente atrasado con respecto a las tendencias mundiales.

La región africana se ha visto especialmente afectada por conflictos, desastres naturales y enfermedades, por lo que según estimaciones internacionales, una de cada cuatro personas siguen subalimentadas, acusando así la incidencia más alta de todas las regiones.

En cambio en Asia, la región más poblada del mundo, el número de personas aquejadas por el hambre ha disminuido en 217 millones desde 1990-92.

América Latina y el Caribe han obtenido mayor éxito en la lucha contra el hambre

A nivel mundial, los tres países que más han progresado en la reducción del número absoluto de personas subalimentadas se encuentran en Asia: actualmente hay 138 millones menos de hambrientos en China y 20 millones menos en la India y Vietnam de los que había en 1990-92. No obstante, aún se concentran en Asia dos tercios de la población mundial aquejada por el hambre: en el conjunto de la región, 526 millones de personas siguen estando subalimentadas.

América Latina y el Caribe ha sido una de las regiones que han obtenido mayor éxito en la lucha contra el hambre,  ya que ha alcanzado en su conjunto la meta del milenio y está casi encaminada hacia el logro del objetivo más ambicioso de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA) de reducir a la mitad el número de hambrientos.

Argentina, Brasil, Chile, Cuba, México, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela figuran en el listado de la FAO de los países que han cumplido a la fecha el objetivo de la disminución del hambre.

En esta región también existe la Iniciativa América Latina y Caribe sin Hambre 2025, firmada en Guatemala en 2005 y ratificada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) como un compromiso para erradicar el hambre en el plazo de una generación.

Oceanía en cambio, representa la región en desarrollo con el menor número de personas subalimentadas del mundo, a pesar de que su número de hambrientos ha aumentado a lo largo de los dos últimos decenios. Esta incidencia ha ido acompañada de una carga elevada y creciente de sobrepeso y obesidad.

Garantizar la seguridad Alimentaria

La realización del derecho a una alimentación adecuada sólo ocurrirá cuando todo hombre, mujer y niño, ya sea solo o en común con otros, tenga acceso físico y económico, en todo momento, a una alimentación adecuada o a los medios adecuados para obtenerla.

Dado el complejo desafío que representa la inseguridad alimentaria en el mundo, el progreso dependerá de los sistemas de gobiernos eficaces y la concurrencia de muchas partes interesadas en todos los sectores, con la participación mancomunada, la transparencia, la equidad como principios fundamentales.

Los elevados precios de los alimentos y su volatilidad, la degradación de los recursos naturales, la globalización, la urbanización y el cambio climático son solo algunos ejemplos de los grandes desafíos actuales para la seguridad alimentaria en los que el fortalecimiento de los mecanismos de gobierno y una coordinación eficaz pueden suponer una verdadera diferencia.

teleSUR te invita a ver la infografía: Alimentación y desnutrición en el mundo

 


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