socialismo democrático. Una democracia no sólo electoral. También económica, social, cultural... En 15 años el chavismo le dio a millones de personas –que por ser pobres no tenían papeles de identidad– el estatuto de ciudadano y les permitió votar. Consagró más de 42 por ciento del presupuesto del Estado a las inversiones sociales. Sacó a 5 millones de personas de la pobreza. Redujo la mortalidad infantil. Erradicó el analfabetismo. Multiplicó por cinco el número de maestros en las escuelas públicas (de 65 mil a 350 mil). Creó 11 nuevas universidades. Concedió pensiones de jubilación a todos los trabajadores (incluso a los informales)... Eso explica el apoyo popular que siempre tuvo Chávez, y las recientes victorias electorales de Nicolás Maduro.
A pesar de haberse unido bajo el liderazgo de Henrique Capriles, la oposición perdió cuatro elecciones succesivas. Frente a ese fracaso, su fracción más derechista, ligada a Estados Unidos y liderada por el ex golpista Leopoldo López, apuesta ahora por un golpe de Estado lento. Y aplica las técnicas del manual de Gene Sharp.
En una primera fase: 1) crear descontento mediante el acaparamiento masivo de productos de primera necesidad; 2) hacer creer en la incompentencia del gobierno; 3) fomentar manifestaciones de descontento, e 4) intensificar el acoso mediático.
Desde el 12 de febrero, los extremistas pasaron a la segunda fase, propiamente insurreccional: 1) ulitizar el descontento de un grupo social (una minoría de estudiantes) para provocar protestas violentas, y arrestos; 2) montar manifestaciones de solidaridad con los detenidos; 3) introducir entre los manifestantes a pistoleros con la misión de provocar víctimas en ambos bandos (la experticia balística determinó que los disparos que mataron en Caracas, el 12 de febrero, al estudiante Bassil Alejandro Dacosta y al chavista Juan Montoya fueron hechos con una misma pistola, una Glock calibre 9 mm); 4) incrementar las protestas y su nivel de violencia; 5) redoblar la acometida mediática, con apoyo de las redes sociales, contra la represión
del gobierno; 6) obtener que las grandes instituciones humanitarias condenen al gobierno por uso desmedido de la violencia
; 7) conseguir que gobiernos amigos lancen advertencias a las autoridades locales...
En esa etapa estamos.
¿Está entonces en riesgo la democracia en Venezuela? Sí, amenazada, una vez más, por el golpismo de siempre.
*Director de Le Monde diplomatique en español. Acaba de publicar Hugo Chávez. Mi primera vida.
Fuente: http://bit.ly/1bA2C0y