Los instructores y bailarines de la milonga han desplazado sus ensayos, clases y técnicas a las salas de sus hogares.
La emergencia sanitaria producida por la pandemia del nuevo coronavirus y las medidas de bioseguridad adoptadas en diferentes partes del mundo para reducir los contagios con el mismo, han sido el factor determinante para reinventar los distintos escenarios artísticos, entre ellos, el género musical folclórico de la milonga.
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Los aficionados, instructores y bailarines de la milonga han desplazado sus ensayos, clases e inclusive eventos públicos a las salas de sus hogares, terrazas y espacios familiares, realizando encuentros de forma virtual, cambiando a sus parejas por distintos objetos caseros y renovando las técnicas folclóricas.
De este modo, el sonido del compás binario que genera el libre movimiento corporal en las pistas de baile continúa vigente, adaptándose a los desafíos impuestos por la Covid-19 en las más de 191 milongas.