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Una mujer besa el féretro del niño Kexly Valentino, en Montecristi, Manabí.

Una mujer besa el féretro del niño Kexly Valentino, en Montecristi, Manabí. | Foto: AP

Publicado 20 abril 2016



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Van más de 500 réplicas, centenares de muertos, miles de heridos y desaparecidos. Hay incertidumbre y miedo de que la tierra vuelva a temblar. 

Al cuarto día del terremono de 7,8 grados ocurrido en Ecuador, algunas personas se mantienen optimistas de encontrar sobrevivientes entre los escombros, mientras que otras esperan con resignación los cuerpos de sus familiares.

Hasta el momento la asistencia se ha brindado a las zonas más afectadas pero a medida que avanzan las horas, las esperanzas de encontrar sobrevivientes parecen perderse entre las nuevas réplicas.

Desde el sábado en la noche cuando sucedió el gran sismo, en Ecuador no deja de temblar, más de 400 réplicas se han registrado. Este miércoles el pánico se apoderó nuevamente de la nación con el temblor de 6,2 al norte de la nación

 

La situación ha generado que las vigilias a la espera de que rescatistas anuncien buenas noticias se vuelvan una mezcla entre la angustia y la esperanza, pues se contabilizan más de 200 desaparecidos tras el suceso.

Los grupos de salvamento de 20 naciones aún están trabajando duro y se enfocan en la permanente búsqueda bajo los escombros de la costa noroccidental ecuatoriana.

Más de mil rescatistas internacionales trabajan con bomberos ecuatorianos junto a 10 mil efectivos de las Fuerzas Armadas y otras entidades, a fin de localizar más sobrevivientes o de recuperar los cuerpos de los fallecidos para que las familias puedan dar el último adiós.

"Por favor, queremos que nos entreguen al menos los cuerpos completos", dijo una mujer al jefe de la Policía para que maniobraran con cuidado las excavadoras que removían escombros en un destruido hotel de Pedernales.

El más reciente reporte de la Fiscalía General del Estado elevó el número de víctimas mortales a 525. De ese total, 518 cuerpos fueron identificados y entregados a sus familiares.

Las réplicas del terremoto no han contribuido a la paz de la población, pero tampoco han paralizado las labores de rescate en Manta, Portoviejo, Pedernales, Jama y otras localidades, donde el sismo destruyó centenares de edificios y provocó daños calculados en tres mil millones de dólares.

 

El suceso, hasta el último reporte oficial, dejó un saldo de 525 personas fallecidas y al menos 4 mil 027 heridas. 

En contexto 

El terremoto de magnitud 7,8 que sacudió el pasado sábado la zona tropical del norte de Ecuador, es uno de los de mayor intensidad registrados en América Latina en los últimos 20 años. 

El movimiento telúrico ocurrió entre los balnearios costeros de Cojimíes y de Pedernales (norte), en la provincia de Manabí y cerca de Esmeraldas, donde también se sintió el impacto de las réplicas.

La nación cuenta con rescatistas de varios países, entre ellos, Venezuela, Colombia, Perú, Chile, El Salvador, Bolivia, México y España. 


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