La ciclovía de Bogotá cumple este sábado 40 años, pionera en la región. Impulsada por la promoción de estilos de vida saludable y el cuidado del medio ambiente.
Cada vez más ciudades en Latinoamérica han adoptado el modelo bogotano de ciclovías para esparcimiento, que se unen a las ciclorrutas permanentes construidas como alternativa de transporte para aliviar el congestionado tráfico que padecen muchas de las grandes urbes.
El director del Instituto Distrital de Recreación y Deporte de Colombia (IDRD), Aldo Cadena, señaló que "tenemos 121 kilómetros destinados a las ciclovías en 10 corredores diferentes".
Origen de la ciclovía bogotana
40 años después, varias calles de la ciudad usualmente abarrotadas de carros y buses se liberan de automotores cada domingo o festivo, de siete de la mañana a dos de la tarde, para dar paso a ciclistas y transeúntes.
Constituida como espacio recreativo municipal en 1976 y masificada en las décadas siguientes, la ciclovía convoca a gente de todas las edades, a pobres y a ricos, a nativos y extranjeros. E incluso, para celebrar el cumpleaños de Bogotá en agosto, se hizo nocturna.
Gustos y disgustos
Fernando González, un bogotano que ha disfrutado de la ciclovía de niño con sus amigos, de joven, con sus hijas, y ahora que es abuelo, con sus nietos, dice que "es como ir a misa".
"Es una gran idea motivar a la gente para que salga a ejercitarse y desconectarse del tráfico pesado de la semana, que es enloquecedor", afirma Andrew Southern, un profesor de inglés de 34 años que vive hace más de una década en Colombia.
Por otro lado, Laura Vera, una empleada administrativa de 30 años, se queja por que la medida complica la movilidad urbana. "Está bien para hacer ejercicio pero si uno va a salir en carro, hay que dar muchas vueltas para llegar a cualquier lado".
Carolina Ramírez, una estudiante de 19 años, celebra la medida pero pide que se extienda por más horas. "Algo que no me gusta de la ciclovía es que no dura todo el día".