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Argentina tiene una nueva cita este viernes con el representante de los fondos buitre en Nueva York (EE.UU.), tras la firme postura asumida en las recientes conversaciones, el juez Thomas Griesa que los ampara citó a otro encuentro.
La presidenta argentina Cristina Fernández declaró la noche del jueves que tanto a Griesa como a esos bonistas litigantes, que solo representan el 1 por ciento de todos los tenedores de bonos de la deuda argentina, quieren "la sentencia casi usuraria que les daría más del 1000 por ciento de ganancias".
Afirmó que no firmará nada que ponga en peligro el futuro del país, los intereses del pueblo argentino y los contratos con la inmensa mayoría de los acreedores.
Fernández reiteró que su Gobierno no está negado a encontrar un arreglo, y que el ministro de Economía, Axel Kicillof, el miércoles en Nueva York les ofreció entrar al canje (de la deuda) que les significa una ganancia del 300 por ciento, "no es que nos negamos a pagarles, pero no quieren."
Dijo, además, que Argentina no está cerrada al diálogo y sobre esa base los abogados del país en Estados Unidos, concurrirán a la convocatoria solicitada por Griesa los fondos buitre y representantes de los bancos implicados en este peliagudo asunto.
El jefe del Gabinete, Jorge Capitanich, adelantó que Argentina llevará este conflicto especulativo avalado por el Poder Judicial norteamericano a la Corte Internacional de La Haya y a la ONU.
El secretario General de ONU, Ban Ki-moon, llamó el jueves a la comunidad internacional a afrontar como cuestiones cruciales lo que genera la actuación de los fondos buitre sobre las reestructuraciones de deuda.
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