El golpe suave contra Venezuela se endurece | Blog | teleSUR
18 mayo 2016
El golpe suave contra Venezuela se endurece

Asistimos a un contexto regional en el que la derecha avanza y obtiene triunfos en varios frentes, como la toma del poder en Argentina y el inicio de golpe parlamentario en Brasil, hechos que han debilitado sustancialmente las fuerzas progresistas de la región y que ya tienen repercusión en instancias regionales que fueran símbolo de los nuevos tiempos de integración latinoamericana como UNASUR, que súbitamente ha ralentizado su capacidad de convocatoria y acción política.

Presidente Maduro llamó al país a sumarse a nuevos procesos productivos (Foto Referencial).

Particularmente en Venezuela,país siempre bajo el asedio interno y externo desde que comenzó la revolución Bolivariana, este avance de la derecha se expresa en el redoblamiento del acosoal actual gobierno.La restauración conservadora de las élites tradicionales arremete con fuerza tras dos décadas apartada del poder político y con serias cortapisas en lo económico,de hecho, ya ha logrado tomar el poder legislativo gracias a un sistema electoral y una democracia que siempre detestó. Esta es la primera victoria y poder real que obtiene, pero aún insuficiente para poner bajo su control el resto de los poderes públicos del Estado. En Venezuela existe una división pentapartita del poder y a los tradicionales Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial, se añaden los Poderes Electoral y Ciudadano. Con excepción del primero, el resto está en manos de las fuerzas revolucionarias. Además, el camino se le antoja difícil a la oposición por no poseer mecanismos de forzamiento y abuso de la legalidad como el impeachment que se desarrolla en Brasil contra Dilma Rousseff o el juicio político que sacó del poder a Fernando Lugo en Paraguay. Un golpe de Estado tradicional como el que apartóa Manuel Zelaya de la presidencia de Honduras tampoco parece una posibilidad factible, las Fuerzas Armadas venezolanas, formadas bajo criterios democráticos durante el gobierno de Hugo Chávez tendrán un fiel apego a la Constitución de la República, al menos por tres años, hasta que los altos mandos actuales se jubilen.

¿Cuáles son entonces las alternativas que se le presentan a una oposición venezolana desunida, sin programa político pero ávida de poder y obsesionada con no permitir al Presidente Nicolás Maduro terminar su mandato en el año 2019? Son varias y todas fuera de la legalidad. Éstas buscan el desgaste del gobierno actual para provocar su masivo rechazo, una confrontación civil interna (como ya se ensayó durante la organización de lasguarimbas en el año 2014 que se cobró la vida de 43 personas) o incluso una intervención extranjera.

Las estrategias seguidas para conseguir sus fines son básicamente dos y se basan en mostrar a la Revolución Bolivariana en Venezuela como un Estado canalla y fallido. El Estado canalla se articula esencialmente a través de la visibilización de Venezuela como un país corrupto y antidemocrático, cuyo gobierno es pernicioso no solo para su propia población, sino para la comunidad internacional. La imagen de los presidentes Hugo Chávez y Nicolás Maduro como dictadores ha sido recurrente a lo largo de los años de la revolución Bolivariana y en la actualidad su construcción ha tenido dos caballos de batalla: la Ley de Amnistía para liberar a los supuestos presos políticos y los señalamientos a altos cargos políticos del gobierno venezolano de pertenecer al llamadoCartel de los Soles, dedicado al Narcotráfico.

Con la proyección de la Ley de Amnistía la oposición desde la Asamblea Nacional se trata de erigir como el actor democrático en resistencia a la autocracia del Poder Ejecutivo. Nada más lejos de la realidad, pues no se persigue la reconciliación nacional con dicha ley, sino perpetuar el clima de confrontación y justificar la violencia ocurrida en años anteriores en el país. La declaración de inconstitucionalidad por el Tribunal Supremo, pese a estar perfectamente argumentada jurídicamente, ha sido retratada como un rasgo más de la supuesta tenaza que el gobierno ejerce sobre la oposición, despojándole así de mecanismos legales y democráticos lo que justificaría el uso de otros, aunque sean ilegales y violentos.

El Cartel de los Soles fue la nueva creación de los servicios de inteligencia de EEUU para hostigar a Venezuela y crear estupor entre la opinión pública internacional. Antes ya lo fue la relación con terroristas o narcoterroristas como las FARC y ETA, pero la desmovilización de estos grupos y el proceso de paz en Colombia obligaron a buscar nuevos “casos” que pudieran llegar a justificar una intervención armada en Venezuela. Existen precedentes como la invasión de Panamá para acabar con el gobierno Manuel Antonio Noriega en 1989, lo que le costó la vida a entre 3 y 5 mil panameños, en su mayoría civiles. Así como no se tuvo ni una sola evidencia fehaciente de la vinculación y colaboración del gobierno venezolano con las FARC, ni los famosos computadores de Raúl Reyes pudieron ser usados como prueba en ningún juicio pese a toda la alharaca mediática, el Cartel de los Soles es otro pote de humo. Este tema además es recurrente y aparece cuando otros frentes de ataque y desgaste languidecen, desde los días previos a las elecciones del pasado 6 de diciembre no se ha vuelto a saber del Cartel, por lo que debe faltar poco para que sea reutilizado.

La estrategia del Estado fallido se centra en mostrar al gobierno venezolano como incompetente, responsable de la crisis que azota al país, mientras la soluciónsería un cambio de gobierno a la mayor brevedad y el viraje radical de las políticas actuales. Al gobierno se le achaca la plena responsabilidad en la crisis económica, el desabastecimiento, escasez e inflación, y al mismo tiempo, en la descontrolada delincuencia. En el posicionamiento de estas matrices no se toman nunca en cuenta factores como la especulación, la guerra económica o el paramilitarismo infiltrado en Venezuela.

En este ambiente de tensión continua, se han tratado de activar en las últimas semanas distintos conatos de guarimbas, como ocurrió a finales de abril en Zulia, pero que hasta el momento han podido ser rápidamente desarticulados por las fuerzas del orden. Paralelamente se ha activado el mecanismo del revocatorio del mandato del presidente Nicolás Maduro, cuya iniciación formal requieredel 1% de las firmas del censo electoral. Una vez que el Consejo Nacional Electoral compruebe que se recogieron las 195 mil firmas requeridas, la oposición tendrá que recabar el 20% de las firmas totales del electorado, es decir cuatro millones de firmas, tras lo cual se establecería la fecha del referéndum. Este es uno de los mecanismos de participación y democracia directa que colocan a Venezuela a la vanguardia del constitucionalismo latinoamericano y mundial, y que ya se puso en práctica en el año 2004, aunque quienes trataron de revocar el mandato del presidente Chávez perdieron el referéndum. Pero la oposición al tiempo que hace uso de los mecanismos democráticos a su disposición, no para de criticar al ente rector electoral y denuncia que éste estaría tratando de dilatar el proceso para otorgar ventaja al gobierno y dejar sin efecto el revocatorio, convirtiendo la zozobra política en el epicentro de su accionar.

Pero estas estrategias no tendrían mucho eco sino fuera por una serie de actores internacionales que están plenamente alineados con los intereses de la oposición política al gobierno revolucionario de Venezuela. Estos actores son, por un lado, la llamada Comunidad Internacional Occidental, que a su vez se divide en países, organismos internacionales y ciertas ONGs; y por otro, los medios de comunicación privados occidentales. En el caso de estos últimos su función no solo es la de servir de altavoz de las acciones de los gobiernos y organismos que adversan a Venezuela, sino que también incurren en un claro intervencionismo político que ejercen con total impunidad. Los ejemplos son múltiples y se producen continuamente, mencionaremos para ilustrar este punto el editorial que publicó el diario El Mundo de España el 21 de marzo, el segundo de mayor circulación e influencia en ese país, titulado “España debe implicarse en el fin del chavismo” , y el del 12 de abril el deThe Washington Post “Venezuela está ante una necesidad desesperada por una intervención política” . El llamamiento a un golpe de Estado es descarado, pues la intervención se pide expresamente.

Estos mismos medios son los que dan todo el espacio a las reivindicaciones de la esposa de Leopoldo López, Lilian Tintori, en sus giras internacionales, pero silencian a las víctimas de la Guarimba cuando tratan de hacerse oír en el extranjero. Así ocurrió en la presentación del libro de Leopoldo López que se llevó a cabo en la sede del gobierno de la Comunidad de Madrid, en manos del Partido Popular, auspiciado por su presidenta, Cristina Cifuentes, a principios de marzo, y que contó con la presencia no solo de Tintori, sino de figuras como el ex presidente español Felipe González o el escritor Mario Vargas Llosa, así como la flor y nata de los dos principales partidos políticos españoles hasta el momento, PP y PSOE. En los mismos días se encontraban dos representantes del Comité de Víctimas de la Guarimba en la capital española, a quienes ningún medio privado de cierto tamaño, ni político del bipartidismo español les hizo el más mínimo caso. Es de esta forma como el victimario y víctima aparecen con sus roles intercambiados.

Junto a los medios de comunicación actúa la Comunidad Internacional, con países a cuya cabeza se encuentran EEUU y España, a los que acompañan organismos internacionales como la ONU y la OEA. Desde EEUU han arreciado en las últimas semanas la cantidad de declaraciones de distintos voceros criticando de una forma u otra al gobierno de Venezuela. A ello se añade la revalidación del llamado Decreto Obama tras su primer aniversario vigente, que considera a Venezuela como “una amenaza para los EEUU”, y que constituye un aporte más en el expediente del país para su invasión. Similares características posee el enésimo informe sobre Derechos Humanos publicado desde EEUU el 13 de abril en que se critica duramente la situación de los derechos humanos en el territorio venezolano y donde algunas partes del mismo provocarían risa sino fuera por la gravedad de las acusaciones, a todas luces ridículas: “los organismos electorales responden al oficialismo aunque, esta vez sí se respetaron los resultados electorales del último 6 de diciembre, comicios en los que la oposición derrotó al partido de gobierno en las elecciones legislativas”. En este fragmento se le da a entender al lector que nunca se respetaron los resultados cuando fue el chavismo el ganador de los distintos comicios celebrados, y que por lo tanto es una dictadura.

España constituye la otra punta de lanza de las agresiones internacionales contra Venezuela. El 30 de marzo en un programa de televisión el ministro de Asuntos Exteriores español, García Margallo expresó a raíz las críticas del gobierno de Nicolás Maduro a la Ley de Amnistía: “Es que la situación es complicada, una declaración como la que hemos visto ahora que es un desconocimiento y una desobediencia del ordenamiento institucional es cegar todas las salidas políticas. A la oposición no le están dando el margen de enderezar esto por los caminos de la legalidad y realmente eso es muy preocupante en una situación económica como la que está Venezuela”.De nuevo encontramos una justificación a las vías ilegítimas para salir del gobierno del presidente Nicolás Maduro. Días después,en un nuevo gesto injerencista, el apoyo de Mariano Rajoy a quienes su gobierno considera como presos políticos elevó las tensiones con Venezuela hasta el punto de que España decidió retirar su embajador de Venezuela.

Otros personajes, como el ex presidente Álvaro Uribe, el mejor aliado del sector más violento de la oposición venezolana, traspasan todas las fronteras del decoro y decencia política y a finales de abril llamo de forma abierta a que se produjera un “golpe democrático” en Venezuela.

En cuanto a los organismos internacionales, encontramos el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, ZeidRa´ad Al Husein, convertido en un vocero de la oposición venezolana, al cuestionar la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia sobre la Ley de Amnistía, curiosamente al mismo tiempo que se publicaba el informe sobre Derechos Humanos de EEUU. Aunque Ra´ad Al Husein se ha reunido tanto con Tintori como con las Víctimas del Comité de la Guarimba, parece que solo se dedicó a defender los derechos humanos de la primera.

El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, sin tapujos habla cada vez que le dan un micrófono de la existencia de “presos políticos y la democracia no está funcionando” en Venezuela . Por las reiteradas críticas al gobierno de Nicolás Maduro, Pepe Mujica, ex presidente de Uruguay, del que Almagro fuera su ministro de Asuntos Exteriores, le escribió “lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me despido” . Almagro, junto con la oposición venezolana está realizando ingentes esfuerzos por aplicar la Carta Democrática en Venezuela, que de ocurrir violaría los propios preceptos de este texto legal, pues no ha habido ningún golpe de Estado que justificara dicha aplicación sin el consentimiento del gobierno legítimo de Nicolás Maduro, como sin lugar a equívocos se desprende de los artículos 17 al 21 de la Carta. Pero eso no importa, lo que Almagro y sus secuaces quieren, es terminar de montar el expediente y acumular el máximo de excusas posibles para tratar de acabar con el gobierno de la Revolución Bolivariana fuera de los cauces democráticos.

En conclusión, son muchos los frentes abiertos que hostigan a Venezuela y su democracia. De tener éxito alguno, se corre el riesgo de llevar a este país al caos y el desorden social, aunque eso no le importa a quienes conspiran para acabar con la Revolución Bolivariana e inclinar definitivamente la balanza hacia la derecha en Sudamérica.


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Perfil del Bloguero
Analista internacional nacido en Córdoba, España. Licenciado en Derecho y PhD en Comunicación Social, es profesor titular en el Instituto de Altos Estudios Nacionales de Ecuador y docente en la Maestría de Derecho Internacional Público de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Ha escrito los libros Introducción a los Derechos Humanos desde una perspectiva Bolivariana y Revolucionaria y en el año 2015 con la editorial Akal otro libro titulado Antiperiodistas: confesiones de las agresiones mediáticas contra Venezuela.



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