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Canciller de Venezuela aboga por la democratización de las Naciones Unidas y la creación de un nuevo orden y una nueva arquitectura financiera internacional.
El canciller de Venezuela, Yvan Gil, exigió este sábado el levantamiento de las medidas coercitivas unilaterales impuestas a países de todo el mundo y propuso establecer una zona libre de estas, que garantice a los Estados realizar transacciones financieras sin riesgos.
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Al intervenir en el 78 Periodo de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Gil enfatizó que las mal llamadas sanciones violan los derechos humanos de millones de personas en todo el mundo e impiden cumplir los objetivos de desarrollo sostenible. Denunció que se cometen por aquellos países que luego se presentan como supuestos defensores de esos derechos.
Exigió que se levanten inmediatamente las medidas restrictivas unilaterales impuestas a su país, Cuba, Nicaragua, Eritrea, Zimbabue, Irán, Siria y otras naciones hermanas.
Propuso el establecimiento de una zona libre de medidas coercitivas unilaterales, que permita realizar pagos interbancarios, garantizar inversiones directas y comercio legal entre las naciones, sin riesgos de ningún tipo.
Detalló que EE.UU. y sus cómplices han impuesto a su país más de 930 medidas coercitivas unilaterales, con pérdidas que ascienden a más de 232.000 millones de dólares y la confiscación de miles de millones de dólares en el sistema financiero internacional, así como 31 toneladas de oro secuestradas por el Gobierno de Reino Unido en el Banco de Inglaterra.
Dijo que estas medidas devienen crímenes de lesa humanidad en tanto impiden el acceso de los Estados a medicinas, alimentos y otros bienes y servicios esenciales. Recordó que, sin el obstáculo que representan las medidas coercitivas unilaterales, Venezuela puede contribuir a la solución de la crisis alimentaria y energética globales.
Urgió a avanzar en la democratización de la ONU y en la creación de una nueva arquitectura financiera internacional. Cuestionó que el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y otras instituciones crediticias entrampan a países en desarrollo con intereses impagables.
Se opuso enfáticamente al intento del Gobierno de EE.UU. de, a través de la petrolera Exxon Mobil, adueñarse de recursos localizados en la Guayana Esequiba, territorio bajo disputa y del cual Reino Unido despojó a Venezuela. Ratificó que su país anhela la paz pero defenderá sus derechos.
Rechazó la concentración de las nuevas tecnologías en manos de naciones poderosas y criticó su uso para desestabilizar políticamente a Estados soberanos. Agregó que estas tecnologías también se están utilizando para glorificar discursos de odio y promover ataques contra líderes populares, como Cristina Fernández de Kirchner.
Rechazó la persecución de diplomáticos, como Alex Saab, y exigió su inmediata liberación por EE.UU.
Criticó el incremento del gasto militar e instó a destinar esos fondos millonarios a hacer frente a problemas globales como las crisis alimentaria y climática.
Apoyó la propuesta del presidente colombiano, Gustavo Petro, de convocar a conferencias de paz para poner fin al conflicto en el este de Europa y en Palestina, y expresó su deseo de que esos espacios permitan abordar esas cuestiones de manera balanceada y que estimule la confianza y los esfuerzos diplomáticos.
Respecto a la crisis climática, recordó que fue causada por insostenibles patrones de consumo y producción. Citando al expresidente venezolano Hugo Chávez, dijo que es preciso cambiar el sistema y no el clima.
Exigió que no se estigmatice ni se criminalice a los migrantes y propuso realizar en su país una conferencia internacional sobre los flujos migratorios, sin exclusiones, que aborde el tema desde una perspectiva integral y humanista y que promueva la defensa de sus derechos humanos.
