Las autoridades venezolanas permanecen atentas ante la amenaza de la oposición de ese país para realizar manifestaciones que saboteen la conmemoración patria de la Batalla de Carabobo el 24 de junio, y las elecciones internas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), programadas para el 28 de julio.
El pasado miércoles, el presidente de la Asamblea Nacional (AN) y primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, denunció que sectores de la ultraderecha planean retomar acciones violentas.
Durante su programa Con el mazo dando, transmitido por el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), el dirigente parlamentario informó que la derecha venezolana tratará de activar un plan conocido como Golpe Suave, que incluye acciones violentas en las calles los días 21 y 27 de junio.
Además, destacó que quienes organizan estos actos se apoyarán en la continuidad de la guerra económica y las presiones e injerencias de políticos foráneos contra esa nación suramericana. Cabello vinculó con estos actos a la exdiputada María Corina Machado, a la cual calificó como el "brazo ejecutor", y a algunos militares retirados.
Por su parte, el legislador del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, Humberto Costa, denunció el viernes que la visita de la comitiva de senadores brasileños a Venezuela fue una estrategia de la derecha de ese país.
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También, en declaraciones a VTV, el periodista y escritor brasileño Fernando de Morais señaló que Aécio Neves, excandidato presidencial y senador de esa nación, pretende respaldar a dirigentes opositores encarcelados por promover la violencia en las calles en 2014, lo que constituye una injerencia en los asuntos de Venezuela con el pretexto de defender los derechos humanos.
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Ante este escenario, el Gobierno de Venezuela reiteró esta semana su compromiso con el castigo de los autores materiales e intelectuales de esos delitos.