Los líderes del Cuarteto de Normandía, conformado por Francia, Rusia, Ucrania y Alemania, acordaron este viernes en París (capital francesa) que se retrasen las elecciones presidenciales ucranianas pautadas para el 18 de octubre de este año.
Tras una reunión realizada entre los presidentes, François Hollande, Vladimir Putin, Piotr Poroshenko y la canciller alemana, Ángela Merkel, definieron que es necesario elaborar una norma para trabajar en una ley electoral que sea “incontestable” por todas las partes, de lo contrario no podrá haber comicios.
“A nuestro parecer, las elecciones previstas para el 18 de octubre no podrán celebrarse, puesto que no responden a las condiciones que habíamos pedido, pero al mismo tiempo, las elecciones deben ser organizadas y para ello hay que aprobar una nueva ley electoral”, explicó François Hollande, al término de la reunión.
El mandatario aseguró que lo firmado en Minsk es un proceso con un orden y un calendario, y “para que podamos seguir lo previsto hay que ir etapa por etapa".
Por su parte, la canciller alemana, Ángela Merkel, manifestó que está dispuesta a revisar todos los pasos y todas las etapas de los acuerdos de Minsk.
“Hemos tenido una discusión muy intensa sobre cada etapa. Siempre hay que revisar el proceso. Así fue tras el acuerdo de Minsk y así será después de París. Solo se tienen garantías cuando las cosas ya están hechas”, dijo Merkel.
El presidente ucraniano, Piotr Poroshenko, afirmó por su parte que Rusia tiene todavía muchos deberes por hacer.
EN CONTEXTO
La reunión del cuarteto se produce a semanas de llevarse a cabo las elecciones en las regiones de Donestk y Lugansk y en medio de la discusión dentro del parlamento ucraniano de una reforma que les dé más autonomía a esas dos regiones. Este es uno de los puntos de los acuerdos de Minsk que ha sido irrespetado por el Gobierno de Poroshenko.
Los acuerdos de Minks deberán cumplirse en su integridad antes de finales de este año para hallar una salida pacífica y consensuada al conflicto en la región de Donbass.
La posición de Rusia frente al conflicto en Ucrania fue una de las razones argumentadas por las instituciones europeas bajo presión de la OTAN y Estados Unidos para emitir sanciones económicas al país
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