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Al menos seis personas murieron y otras 18 permanecían desaparecidas el martes tras el paso del tifón Nock-Ten por Filipinas durante las fiestas navideñas, mientras el gobierno trata de calcular el valor de los daños causados por la tormenta.
El peor incidente lo protagonizó un ferry, el MV Startlight Atlantic, que naufragó en la provincia costera de Batangas, matando a una persona y dejando dieciocho miembros de la tripulación del barco desaparecidos, según la guardia costera.
Una pareja falleció en una inundación provocada por el ciclón, que llegó a las costas de la oriental isla Catanduanes pasadas las 18h30 locales (10h30 GMT) del domingo, y un hombre murió tras caérsele encima un muro, anunció en la televisión local Al Bichara, el gobernador de la provincia de Albay (este), una de las zonas más afectadas.
La tormenta debe su nombre a un pájaro de Laos, y debería evolucionar con una trayectoria noroeste, con vientos de 215 kilómetros por hora, según el servicio meteorológico filipino.
