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El caso del exespía Serguéi Skripal busca consolidar el envenenamiento de la opinión pública con la rusofobia.

El caso del exespía Serguéi Skripal busca consolidar el envenenamiento de la opinión pública con la rusofobia. | Foto: Reuters

Publicado 29 marzo 2018



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La historia sobre el envenenamiento del ex doble agente Serguei Skripal no es más que una justificación para intensificar el ataque contra Rusia.

El verdadero veneno en el caso Skripal no se trata de un agente químico fabricado en laboratorios soviéticos a mitad del siglo XX. Ni la conspiración homicida tiene una lógica relacionada con las aspiraciones del Kremlin en un contexto donde lo menos que busca Rusia es un escándalo internacional. La verdad es que la historia sobre el envenenamiento del ex doble agente Serguei Skripal no es más que una justificación para intensificar el ataque contra Rusia desde los países aliados en la OTAN. En tal sentido, la rusofobia constituye el verdadero veneno de este caso, el cual es inyectado a través de una sofisticada operación de manipulación que utiliza la diplomacia y la prensa como medio para crear un escenario de caos que aumenta la tensión política en una coyuntura en la que Rusia viene posicionándose nuevamente frente al mundo como una potencia. Entonces, vemos nuevamente cómo la manipulación de la realidad sirve como arma y constituye la primera fase de una guerra que viene anunciándose entre dientes por los representantes de las potencias en cuestión y que tiene razones que van más allá de la confrontación ideológica, sino que tiene que ver con el control de la energía y la construcción de una nueva hegemonía económica post dólar.  No se trata entonces de una película de espías, se trata de la continuación de una historia mucho mayor que tiene que ver con las ansias de controlar del mundo como si fuese un campo de futbol de alguna corporación.

Todos hemos caído en el juego de la manipulación al hacer de los protagonistas de esta historia al ex espía Skripal, a su hija y al agente químico, pues entramos en la lógica de la distracción, una de las estrategias de manipulación masiva explicadas por el reconocido lingüista y politólogo norteamericano, Noam Chonsky. Prueba de ello es que las acusaciones han sido desmedidas a pesar de no haberse mostrado prueba alguna por parte del gobierno británico que incrimine de forma concreta al gobierno ruso; han puesto la atención en un asunto sensacional que involucra a la gente en una película de espías, pero al mismo tiempo desencadena una serie de hecho en el campo de la realidad que son aceptados por la opinión pública al recurrir a prejuicios y a sentimientos de justicia y moralidad frente a un caso que aun no ha sido investigado científicamente y que no tiene resultados junciales definitivos, pero que además juega con el arquetipo del bueno y el malo en el campo psicológico, procurando hacer ver a Rusia como un país sin escrúpulos y a los países aliados de la OTAN como los defensores de la humanidad y la moral. Seria interesante preguntar en medio de este escenario ¿cuántos torturados y asesinatos se han ejecutado en Guantánamo y cuantos diplomáticos norteamericanos se han expulsado de la UE?

Entonces, no se trata del envenamiento del ex doble agente, se trata del envenenamiento de la opinión publica con la rusofobia, pues en este momento, incluso demostrando la inocencia de Rusia ya el mal está hecho, el gol está cantado y la imagen del gigante euroasiático ya ha sido afectada a pesar de que el Kremlin se ha puesto a la orden para colaborar en las investigaciones de este suceso y ha pedido a las instancias correspondientes la revisión del marcador. Pero como ya queda claro, no es la investigación lo que importa, sino la cadena de hechos que provoca la acusación, pues no podemos decir que la expulsión de más de 120 diplomáticos rusos en 20 países no constituya un hito importante y una agresión de carácter político a un país que acaba de salir de un proceso electoral que hizo que el mundo entero volteara a observar por los resultados que posicionan a Vladimir Putin como uno de los líderes más fuertes del planeta al ganar la presidencia de la Federación con más del 76,79% de los votos, cuestión que preocupa  poderosamente a los países miembros de la OTAN, los cuales han venido generando las condiciones para justificar una política cada vez más hostil frente a Rusia.

La Casa Blanca no se queda fuera de esta llamada “crisis diplomática”, el comunicado de Washington respecto al tema deja un mensaje muy claro: "EE.UU. está preparado para cooperar con el fin de construir una mejor relación" con los rusos, "pero eso solo puede ocurrir con un cambio en el comportamiento del Gobierno de Rusia", entonces no se trata de una situación específica, sino de la forma en que Rusia asume la política, lo que expresa que la administración de Trump condiciona una vez más al Kremlin, dejando clara su capacidad de convertir la realidad en una película de ficción que rememora los escenarios más mórbidos de la guerra fría, pues han hecho del caso Skripal una bomba que ha tenido peores consecuencias en el escenario diplomático que muchos bombardeos ejecutados en el medio orientes o que los intentos de desestabilización de gobiernos democráticos en América Latina. ¿Veremos en los próximos diez años el estreno de una película basada en esta operación? No me extrañaría que en este momento ya esté escribiendo el guion del próximo éxito de taquilla de Hollywood en donde los malos volverán a ser los soviéticos, incluso para una película de espías el nombre tiene pegada “Skripal”.

Finalmente, mientras sale de peligro la hija del ex doble agente, se visualiza una nueva etapa de este caso que seguirá usándose como justificación para afectar, por ejemplo, el desarrollo del mundial de fútbol, lo que constituiría otra distracción frente a el escenario económico y geopolítico en el que se procurarán adelantar más sanciones y endurecer las posiciones en cuanto a Ucrania desde la UE. En tal sentido, queda el gran reto para la administración de Putin de buscar las medidas de presión que permitan revertir en la realidad, mas que en la ficción, esta situación, pues como ya he dicho no se trata solo de lo que los medios de comunicación están mostrando, sino de las relaciones que hacen cada día perder más hegemonía política y económica a los EEUU, así como poder a la propia Organización del Atlántico Norte. Todo esto pasa mientras comienzan los goles.


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