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Un grupo de seguidores de Sanders y desencantados por la elección de Hillary gritan "enciérrenla"

Un grupo de seguidores de Sanders y desencantados por la elección de Hillary gritan "enciérrenla" | Foto: Reuters

Publicado 27 julio 2016



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Era inevitable que su movimiento se fracturara, pero ¿es posible que tenga una estrategia ganadora?

Insultar a seguidores potenciales, como hizo la comediante Sarah Silverman al decirle al grupo de "Bernie o nada" en la Convención Nacional Democrática que eran unos "ridículos", es síntoma de una estrategia perdedora.

Era iluso pensar que la CND en Filadelfia podría unificar a los grupos opuestos de Sanders y Clinton. Al hablar con más de 10 delegados de Sanders, sus asistentes y sus suplentes revelan una ira feroz contra el Partido Demócrata.

Lisa Stiller es delegada por Oregon en apoyo a Sanders y dice: "Estoy muy enojada con los demócratas, con esta elección manipulada. Si Clinton hubiese ganado legalmente, no tendría esta indignación. Clinton debe demostrar que merece nuestro voto, pero tenemos que unirnos y no permitir que Trump sea elegido".

Andrea Burns es delegada plenipotenciaria de Massachusetts y comentó sobre la reacción de los delegados de Sanders a seguir la línea del partido: "Hay mucha tensión. La gente está enfadada con nosotros". Burns y otros partidarios de Sanders dijeron que su oposición se basa en la política, como su objeción al "neoliberalismo de Clinton e insufrible militarismo".

Si bien Burns afirmó que muchos en la delegación de Massachusetts votarían por un candidato de un tercer partido y se concentrarían en las carreras por voto, dijo que si ella viviera en un estado clave "probablemente votaría por la secretaria Clinton."

 

Seguidores de Sanders muestran su descontento con el Partido Demócrata

Josh Fox, director del documental “Gasland”, dijo a teleSUR que la convención fue "un cuarto dividido con extraordinaria ira". Asimismo, dijo que las razones para el descontento incluyen el escándalo de los correos electrónicos, los cuales implican que la DNC violó sus propias reglas para apoyar a Clinton durante las primarias y la elección de Tim Kaine como el candidato a la vicepresidencia.

La principal crítica de Fox es que Clinton "está ignorando el ala progresista y sus ideas políticas". Explicó que partidarios de Sanders se sienten excluidos y fue muy claro al afirmar que quieren "un gobierno de coalición porque ganamos un 46 por ciento". Le pregunté qué significaba eso, y Fox propuso sustituir Kaine, quien apoya la desregulación y libre comercio de Wall Street, con Sanders.

Esta es sólo una postura entre los partidarios de Sanders. Le pregunté a otro delegado de Sanders, esta vez de Texas, quien es miembro de los Socialistas Democráticos de América, la organización socialista más grande del país con 7.100 miembros, si era posible reformar el partido demócrata. Su respuesta fue burlona: "No vamos a reformar el partido demócrata sino que vamos a apoderarnos de él. Los partidarios de Bernie Sanders han llenado al Partido Demócrata en cuatro estados y un puñado de condados". Le pregunté si el futuro de la revolución política de Sanders estaba en el Partido Demócrata y este respondió: "Si estás tan cerca de ganar, ¿vas a tirar todo ese trabajo a la basura?".

Brad Deutsch, abogado de la campaña de Sanders, ofreció una perspectiva similar. Se refirió a las tablas progresivas en plataforma del Partido Demócrata como prueba: "Ya estamos reformando el partido", dijo.

En las calles de Filadelfia, donde las protestas se cuentan por miles en lugar de las decenas como en la Convención Nacional Republicana en Cleveland, una tercera posición es votar por la candidata del Partido Verde Jill Stein. Una autoproclamada comunista dijo: "Estoy aquí para detener a Hillary Clinton. Ella es un mayor peligro que Donald Trump".

Luego están los votantes de Sanders que dicen que votarán por Stein y esperan construir el Partido Verde como una alternativa viable porque no ven ninguna diferencia entre los demócratas y los republicanos.

Por otra parte se encuentra una nueva iniciativa pro-Sanders llamada Our Revolution (Nuestra revolución) que promete contratar y proponer al menos 100 candidatos progresistas para este ciclo, al parecer dentro del Partido Demócrata.

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Algunas de estas estrategias se superponen, mientras que otras son contradictorias. Los delegados se dividen entre quienes ven al partido demócrata como totalmente hostil a su revolución política y quienes creen en sus fuerzas ya están por tomar el poder, lo que apunta a las divisiones abiertas dentro de los seguidores de Sanders.

Estas divisiones acabarán en organizaciones que competirán con diferentes estrategias. Ahora bien, esto no es ni bueno ni malo porque era inevitable que este ejército se rompiera, ya que sólo él podía unirlos. De forma similar el movimiento Ocupar Wall Street se fracturó en grupos cuando perdió el control del espacio físico que unió a sus participantes.

Sin ese vínculo común casi todos los proyectos posteriores de Ocupa se quedaron sin fuerzas, incluso mientras ayudaban a allanar el camino para el movimiento de los trabajadores con salarios bajos, Black Lives Matter y la propia campaña de Sanders.

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¿Pasará lo mismo a la revolución política de Sanders? En este punto, es probable que muchos de estos proyectos fracasen porque la pasión y el dinero no son suficientes, también necesitarán de una sofisticación organizativa y teórica, además de una estrategia para construir una base de apoyo popular. Sin estos elementos, los proyectos caerán en el reformismo o la política individualista que dependen de la buena voluntad de los líderes en lugar de una transformación colectiva de las ideas y las relaciones sociales.

La realidad es que el “momento Sanders” se acabó como un fenómeno nacional. Él conserva un aparato de recaudación de fondos y voluntarios e influencia significativa. Pero su ala de la revolución política quiere usar su poder popular para contratar, ejecutar y financiar candidatos progresistas dentro del Partido Demócrata, lo cual será decidido por Sanders y sus allegados.

No es un "movimiento" autoorganizado, autodeterminado y autodirigido. En cada ciudad, condado y estado en donde la iniciativa pro-Sanders proponga candidatos, encontrarán el mismo juego arreglado, el obstruccionismo y los trucos sucios de los mismos demócratas corporativos que conspiraron para sabotear su campaña.

Para octubre las rencillas entre los seguidores de Clinton y Sanders será historia. Un toque de tambor de "Vote por Clinton o el mundo se va a terminar" empujará a casi todos los fanáticos del lado de "Cualquiera menos Trump". La idea de que los votantes de Sanders se volverían a favor de Trump fue siempre una acusación infundada promovida por los liberales como burla a la izquierda.

Las encuestas de los últimos meses muestran que el 90 por ciento de los partidarios de Sanders van votar por Clinton, y eso es antes de que la CND o una elección general se convierta en un caldero de miedo y rabia. Esto también indica que los delegados descontentos tienen poca influencia entre los votantes, y lo que haga Sanders para motivar a su base hacia Clinton marcará la diferencia.

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Del mismo modo, el movimiento hacia Stein se desvanecerá, como lo hizo la inicialmente electrizante campaña independiente de Ralph Nader en el 2000. Ella superará su proyección de 2012 de 0,4 por ciento, pero será difícil conseguir el 1 por ciento dado los resultados anteriores de los candidatos de la izquierda, y logrará aún menos en los estados indecisos. El Partido Verde ha tenido cierto éxito electoral a nivel local, pero carece de una ideología desarrollada y la organización extra-electoral necesaria para crear una base que pueda intervenir en las elecciones estratégicamente y no como fin en sí misma.

Todas estas estrategias, ya sea trabajando en el Partido Demócrata, impulsando a candidatos progresistas, o incluso votar por Stein y el Partido Verde sufren el mismo error estratégico. Ellos ven las elecciones como la única o, al menos, la forma más importante de la actividad política. Debería más bien ser una actividad precavida a ser desarrollada desde una posición de fuerza que comience a nivel local y se utilice para fortalecer los movimientos pre-existentes.

Muchos de los partidarios de Sanders están molestos porque nunca tuvieron un plan B para una estrategia política diferente a pesar de que era muy poco probable que él ganara la nominación.

Otras estrategias fueron defendidas por los participantes en la Convergencia Socialista en Filadelfia, que reunió a los izquierdistas independientes y los partidos pequeños. Esto incluye al DSA, cuya Directora Nacional María Svart dijo: "El DSA está organizando de manera estratégica. Tenemos que derrotar a Trump en noviembre. Pero con el tiempo queremos ser independientes".

El DSA cree que puede impulsar una reforma o tomar el control del Partido Demócrata, pero esto es una ilusión. Cuando la izquierda y los trabajadores tenían más fuerza y el capital era más débil, aunque todavía dominante, en un intento de realinear a los demócratas en la década del 60 en una fuerza socialdemócrata, como Sanders espera que suceda hoy, en vez dio lugar a sindicatos y grupos de derechos civiles que apoyaban la guerra, así como a los demócratas de Wall Street.

Y el dominio de Wall Street es mas fuerte que nunca, en un partido democrático que ha dado una plataforma privilegiada para el discurso de Michael Bloomberg, la octava persona más rica en el mundo.

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Algunos grupos también están impulsando la construcción de movimientos independientes, y por definición, tienen menos presencia en las calles de Filadelfia, como el Black Lives Matter y el movimiento por la justicia climática, porque ven la continuidad de su trabajo sin importar que se convierte en presidente.

Algunos partidos pequeños de izquierda como Alternativa Socialista y la Organización Internacional Socialista también toman esa posición. Ambos dicen que han experimentado un "fuerte crecimiento" en la afiliación durante la candidatura de Sanders, a pesar de que tomaron posiciones opuestas. Alternativa Socialista respaldó la campaña de Sanders, mientras que se opone a Clinton en las elecciones generales; la Internacional Socialista no respaldó a Sanders debido a su decisión de quedarse en el Partido Demócrata, pero creen que su campaña ha dado una mayor legitimidad al socialismo. Alternativa Socialista considera que su trabajo principalmente en la política electoral, mientras que la OIS tiene una visión a largo plazo donde cualquier esfuerzo en la actividad electoral concertada es prematura sin una base política mucho más grande y movimientos aliados.

A pesar de casi 15 meses de revolución política, exactamente la misma pregunta que existían al comienzo de la candidatura de Sanders sigue siendo: ¿cómo organizar su ejército de seguidores en una fuerza política efectiva más allá de las urnas?

Si una pequeña fracción de los 12 millones de votantes de Sanders llega a la conclusión de que el Partido Demócrata es un callejón sin salida y la organización estratégica independiente es el único camino realista para la transformación política real, entonces la campaña Sanders no habrá sido en vano. Pero si sus partidarios tratan de reformar un partido subordinado por Wall Street sin los recursos para librar una guerra de desgaste con los demócratas corporativos, entonces el movimiento se desvanecerá.

Sanders aumentó las esperanzas y revivió el socialismo como una idea que podría capturar a millones, aunque siempre fue una lucha contra molinos de viento. La lección es hacer el trabajo duro en las trincheras en lugar de creer que hay atajos para la construcción de un futuro mejor.


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