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La velocidad en el descenso de Tsipras ha sido asombrosa

La velocidad en el descenso de Tsipras ha sido asombrosa | Foto: Archivo

Publicado 7 agosto 2015



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La Euro Zona ha impuesto una paz cartaginesa en Grecia, pero las lecciones de Epiro todavía acechan: una victoria más lo desharía totalmente.

La semana pasada, los ministros de Finanzas y los tecnócratas que presiden la Euro Zona asestaron un golpe decisivo contra la democracia. En la confirmación definitiva de que las elecciones nacionales se han vuelto irrelevantes en términos de resultados económicos, el gobierno electo de Grecia liderado por la izquierda fue aplastado bajo el peso de un colapso bancario manufacturado. El primer ministro Tsipras se vio obligado a capitular, crear un tercer acuerdo de rescate y aceptar todo menos las demandas más escandalosas del gobierno alemán y sus aliados.

Desde entonces, la velocidad en el descenso de Tsipras ha sido asombrosa. El asesinato de carácter de los diputados de Syriza que votaron NO al acuerdo de rescate y la gran movilización policial contra los activistas de izquierda que salieron a protestar, son sólo algunos de los indicadores más visibles de que el primer ministro griego tiene la intención de disciplinar a la oposición interna para promover la austeridad de la misma manera que sus homólogos europeos lo hicieron con él y su gobierno por los últimos 5 meses de negociaciones fallidas.

De hecho, parece que Tsipras y su círculo íntimo de "pragmáticos" no solo quieren pasar a la historia como marionetas pasivas de las potencias acreedoras; sino que ya se están posicionando como los guardianes agresivos del mismo mantra de austeridad desastroso al que una vez se opusieron, aun cuando continúan diciendo que "no creen" en las medidas. Mientras Tsipras se reinventa a sí mismo como un líder popular del centro, el sentido de la desilusión en los círculos radicales de Grecia se ha vuelto palpable.

Algunos "intelectuales" de izquierda - tanto dentro de Grecia como en el extranjero - todavía tratan de darle un final de Disney a este trágico desenlace. Slavoj Žižek, por su parte, está calificando la capitulación de Tsipras como "una paciente guerra de guerrillas contra la ocupación financiera" Tales proclamas están tristemente divorciadas de la realidad. Como lo dijo Costas Lapavitsas, los esfuerzos para ganar tiempo en este contexto simplemente trabajan para el enemigo: "A veces la realidad es simplemente lo que es - una derrota - y no se tiene que mirar más allá de la superficie".

Aun así, a pesar del efecto aplastante de la capitulación, la victoria de la Euro Zona ha llegado a un precio increíblemente alto para la moneda única y sus defensores. Hay al menos tres formas en que la pura crueldad de los acreedores - y de los alemanes, en particular, - puede ser contraproducente para el proyecto europeo en su conjunto.

En primer lugar, queda absolutamente claro que el programa que los europeos han forzado en la garganta de Grecia está condenado al fracaso. Las catastróficas subidas de impuestos exigidos por los acreedores sin duda serán causa de recesión, los 50 billones de euros en privatizaciones nunca - nunca - se materializarán, incluso el FMI sostiene abiertamente que Grecia necesitará alivio en la deuda en una escala mucho mayor que los alemanes y sus aliados están dispuestos a contemplar. Como resultado, el país agobiado por las deudas quedará sumido en la depresión en los años venideros.

En segundo lugar, es igualmente claro que los ministros de Finanzas de la Euro Zona se han disparado en el pie chantajeando abiertamente a los representantes elegidos de un estado miembro en sumisión. Mientras que las consecuencias negativas de esta crueldad desnuda pueden ser contenidos en el corto plazo, no hay duda de que la naturaleza antidemocrática del Eurogrupo y las discusiones abiertas sobre derrocar a un estado colega constituye más que un simple desastre derelaciones públicas: la próxima vez que la Euro Zona entre en crisis, el fantasma de la salida de un determinado país, sin duda, regresará a cazar a sus defensores con extrema venganza.

En tercer lugar, el acuerdo de rescate neocolonial que los acreedores europeos acaban de imponer a Grecia, con el tiempo, hará que el país sea ingobernable. Tsipras es el tercer primer ministro que se ve forzado al ‘beso de la muerte’ por los acreedores de Grecia. El partido de centro Pasok y el de derecha Nueva Democracia desparecieron al firmar dos acuerdos de rescate anteriores, Syriza es poco probable que corra diferente suerte. A finales de este año, cuando las subidas de impuestos draconianos comiencen a morder y Grecia inevitablemente se incline de nuevo en la depresión, las altas calificaciones de Tsipras es casi seguro que empiecen a caer. Incluso si las nuevas elecciones se celebran en el otoño, es poco probable que el nuevo gobierno sea capaz de completar su período.

Mientras la desaparición de Tsipras probablemente sea muy bien recibida por la línea dura dentro del campo de acreedores, la verdad es que la Euro Zona y su miopía también están al borde de una caída. Lo que hace diferente al tercer rescate es que, después de Tsipras, no habrá nadie al interior de Grecia que pueda administrar de manera creíble el memorándum. Con los centristas y la oposición de derecha en completo desorden, los izquierdistas eran literalmente la última esperanza para la estabilidad política.Con Syriza al borde de una división y Tsipras obligado a sufrir la creciente oposición y la retirada de apoyo popular, no está claro quién pueda ocupar eselugar y actuar como portavoz de los acreedores dentro de esta deuda recién adquirida.

En resumen, el tercer acuerdo de rescate destruyó todo y no resuelve nada. Tarde o temprano, Grecia y sus acreedores estarán de vuelta en Bruselas para continuar sus rituales de conversaciones nocturnas sobre la crisis. La Euro Zona temporalmente puede haber impuesto paz sobre los revoltosos griegos, pero las lecciones del Rey Pirro todavía acechan ominosamente sobre el ardiente campo de batalla: unavictoria másde ese tipo desharía totalmente la moneda única.

**Jerome Roos es investigador y doctorado en Economía Política Internacional en el Instituto Universitario Europeo, y editor fundador de ROARMAGAZINE. Síguelo en Twitter en @JeromeRoos.


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