Colombia celebró el miércoles una noche llena de luces, faroles y velitas, gracias a una tradición que por generaciones ha sido un acto de manifestación de fe y piedad. Todo se realiza en torno a la fiesta de la Inmaculada Concepción en un país marcado por la violencia, la noche de las velitas representa una oportunidad de reconciliación para los colombianos. El asesinato de la niña Yuliana Samboní se convirtió en un motivo más para encender las velas y pedir a la virgen por ella.