El Blues de Ishumar: Del AK-47 a las pentatónicas danzantes | Blog | teleSUR
22 julio 2014
El Blues de Ishumar: Del AK-47 a las pentatónicas danzantes

 “Aquellos que son líderes en el mundo
presten atención a las lágrimas de los hijos de este mundo
que están brotando todas las mañanas
y las lágrimas de las mujeres y los hombres.”

El Blues de Ishumar: Del AK-47 a las pentatónicas danzantes

ETRAN FINATAWA  

 

 “¿Que si envidio algo del modo de vida occidental?
La lluvia. Eso es lo único que envidio.
Las demás comodidades por las que tanto aprecio sienten,
aquí no sirven de nada cuando vives en lo ancho del desierto”

 

LIYA AG ABRIL, guitarrista maliense

 

El presente de lo que comúnmente conocemos como “blues del desierto” o “blues tuareg” y que remite a la historia contemporánea de un pueblo, el tuareg, circunscrito al área de África del norte, más precisamente el desierto de Sahara (para los tuaregs son una “serie de desiertos” llamados Tinariwen) y que abarca varios países, como Argelia, Malí, Libia y Níger; ha sufrido sustanciales modificaciones como género musical, tanto en el plano del discurso que interpela en la poética de sus canciones como en el plano estrictamente sonoro y musical.

Los primeros desplazamientos y diáspora de la población tuareg (“ishumar”) comienzan a partir de 1960 donde la independencia de Malí generó un sentimiento generalizado de no pertenencia con respecto al nuevo gobierno, sumado a las constantes sequías en los años 1970 y 1980, que derivó en dificultades económicas y condujo a muchos Tuareg a buscar empleo en el extranjero. La sustitución del nomadismo por medio de la proliferación de asentamientos urbanos, una economía basada en el trabajo asalariado y una mayor variedad de artículos de consumo en lugar de la autosuficiencia y el intercambio directo, sumado a la fragmentación de un grupo conectado geográficamente en la diáspora con las comunidades del norte y oeste de África, Europa, y América del Norte, generaron una nueva forma de vida los llamados inhumar o "desempleados". Estas circunstancias llevaron a cambios en las relaciones de género, expresión cultural, educación y política. Ante el abandono y marginación del pueblo tuareg, el líder Muammar al-Gaddafi, de origen beduino y bereber, acogió en las ciudades de Libia a aquellos jóvenes que quisieran recibir entrenamiento militar.

Como muchos jóvenes tuaregs, algunos de los integrantes del grupo musical Tinariwen1 y otros que más adelante se unieron al grupo, también recibieron entrenamiento en las tropas de Gaddafi. Fue en este contexto que se desarrolló la incorporación de la guitarra eléctrica por primera vez.

Tinariwen es el eslabón fundamental en el paso de la música tradicional tuareg y el futuro desarrollo del “blues del desierto” con la incorporación de la guitarra eléctrica, así como también en la politización del discurso en sus canciones utilizadas como medio de lucha para materializar sus anhelos y reclamos. Creemos que entre la música tradicional y la “música popular moderna” o “blues del desierto” existen líneas de continuidad en la interpretación musical otorgándole un carácter particular diferenciado del blues anglosajón, así como también, la evolución musical se encuentra inherentemente vinculada a las transformaciones de la historia social y política de la comunidad.

La música tradicional tuareg es una combinación de arreglos vocales y corales de carácter junto con el anzad (violín de una sola cuerda hecho de calabaza) interpretado por las mujeres (representa el principio de autoridad femenino) y se utiliza domo instrumento de acompañamiento del canto, el tende (tambor de mortero) instrumento de percusión utilizado principalmente por los niños de la comunidad donde también se utilizan las palmas y cantos que acompañan los bailes y el tahardent (laúd de tres cuerdas) es claramente el instrumento de cuerdas en el cual se referencia la incorporación de la guitarra eléctrica. Los intérpretes de tahardent y guitarra eléctrica poseen un patrón rítmico común en la utilización de dos dedos (pulgar hacia abajo e índice o medio) en la mano que realiza la parte rítmica del instrumento (característica repetida en la interpretación de la guitarra africana en varias zonas del continente)

Los músicos tuareg frecuentemente utilizan escalas pentatónicas que carecen de terceras así como escalas que emplean segundas aumentadas y, a veces, microtonos Los cantantes tuareg se distinguen por improvisar con formas melódicas tradicionales basadas ​​en estas escalas. La utilización de microtonos no es común, pero al final de una pieza los cantantes a menudo tienden a  introducir notas que parecen no tener relación con la escala en que se basa la canción.

El estilo subsahariano hace hincapié en el ritmo y la estructura monocorde (de allí que para el oído occidental parezca una larga canción continua sin cambios), la melodía incorpora silábicas sin adornos, y en las voces existe un uso extendido del registro inferior. Los hombres tienden a cantar en el estilo de Oriente Medio más que las mujeres, pero el factor principal que determina el estilo vocal es el instrumento de acompañamiento. Las mujeres expresan admiración y alegría a través de la terelilit, el grito de trino o ulular escuchado en las culturas árabes.

La diáspora urbana de la comunidad hizo que los músicos recibieran la influencia de la sonoridad de músicos como Jimi Hendrix (prioritariamente), Bob Marley & The Wailers, las corrientes contemporáneas del blues americano y el chamán cordófono africano, Alí Farka Toure2. Este cóctel saldó la contradicción entre tradicionalismo-modernismo generando un nuevo sonido nutrido por ambas experiencias.

Desde principios de la década del ochenta, el festival WOMAD (World Of Music, Arts & Dance), evento conmemorativo del altruismo europeo sanador de cicatrices coloniales cuyo ideólogo y realizador es Peter Gabriel, así como también las giras, festivales (como Eurockéennes en Belfort, Francia, Glastonbury, en el Reino Unido y Coachella en EEUU) junto a las grabaciones de discos en suelo norteamericano de músicos como Tinariwen, Terkaft o el mismísimo Omara “Bombino” Moctar,  colmó las necesidades del público consumidor occidental ávido de nuevas tendencias y posicionó el blues tuareg recibiendo las “bendiciones de rock stars” de la talla de Robert Plant, Elvis Costello, Thom Yorke, Brian Eno y Carlos Santana.

Quizás sus propios límites sean la tendencia a la occidentalización y standarización del género.

 

Notas:

1 Los músicos del emblemático grupo Tinariwen tomaron posiciones revolucionarias empujados por los cambios políticos en la región. Keddou ag Ossad (guitarra y voz) portaba un kalashnikov en una mano y la guitarra eléctrica colgando de la espalda, Ibrahim ag Alhabibe (guitarra y voz) sufrió y fue testigo del asesinato de su padre por las fuerzas del ejército de Malí. Luego de tomar entrenamiento militar en los campos libios, pasó las penurias en la cárcel y recibió varias heridas de bala

2 El maliense Alí Farka Touré, es quizás, el guitarrista más exquisito del África contemporánea y posee una vasta obra discográfica y es una importante influencia en las nuevas generaciones de músicos

Algunas delicias para la degustación auditiva y visual:

Omara “Bombino” Moctar:  https://www.youtube.com/watch?v=fzWBow0OAeA

Tinariwen:  https://www.youtube.com/watch?v=N2B8wIOIeO8

Ishumar - Music of the Tuareg Resistance: http://reaktionrecords.bandcamp.com/album/ishumar-music-of-the-tuareg-resistance


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Perfil del Bloguero
Marcelo Iconomidis o también conocido como El Griego es desde hace 9 años realizador de clips musicales, curador de imágenes y musicalizador del programa Peter Capusotto y sus videos que se emiten en Canal 7 TV pública en Argentina. De manera autodidacta compone apuntes sobre entrecruzamientos musicales en determinados contextos históricos, políticos y culturales.



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