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20 diciembre 2017
Corrupción, impunidad y terrorismo económico

El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, sabrá que la burguesía y la derecha no sólo lo desprecian. Hemos de suponer también, que  está consciente de que la derecha lo odia y lo tiene montado en la olla, para salir de él, por varios medios, que ya empiezan a avizorarse: 

Corrupción, impunidad y terrorismo económico

1) por la vía electoral, toda vez que, un grueso de la oposición que no votó en las recientes elecciones a constituyentistas (*), gobernadores y alcaldes, alcanzando un cuarenta y seis por ciento (46%) de abstención en esos episodios, ahora se apresta a votar en su contra, con otras maniobras y trampas electorales insospechadas, tal y como lo vociferan en todos los espacios de la vida social, mientras que nuestro chavismo duro participó en todos los procesos pasados recientes, con total y absoluta lealtad, lo que garantizó la paz, aunque tensa, en este arduo año 2017; 

2) por la vía insurreccional, toda vez que, si la abstención se mantiene en las elecciones presidenciales de marzo del 2018 y el triunfo electoral del obrero presidente se perfila, apelarán a convertir en fuerza material y violenta toda la irritación social colectivizada y acumulada, producto del terrorismo económico, en donde, desde ya, todos sabemos que la familia venezolana y el trabajador están arruinados, gracias al terrorismo, la anarquía campante del delito económico al detal y al mayor, hasta alcanzar la incursión armada que adelanta el gobierno estadounidense, el que ha venido cumpliendo una agenda previa, que en otros países ha cumplido milimétricamente y que en Venezuela no será la excepción. 

En todo caso, como consecuencia de la violencia y terrorismo económico, devendrá una violencia física, con anarquía y muerte, con golpe de Estado o insurrección popular planificada por los sectores fascistas más extremos. 

Estas verdades materiales y concretas, no son verdades de fe, ni responden a ninguna actitud de lloriqueo autocrítico, sino que responden al análisis concreto de la realidad concreta, en donde la corrupción, la impunidad y el terrorismo económico han sido el coctel político con el que la derecha se apresta a hegemonizar, manipulando todos los escenarios y recursos con los que dispone, contra un Estado, como el actual, el que aún no ha consolidado el socialismo bolivariano y chavista, por cuanto no se han alterado las relaciones sociales de producción, las que siguen siendo eminentemente capitalistas.

Por otra parte, el empoderamiento del Pueblo no ha sido alcanzado (aunque hemos avanzado mucho en cuanto a los niveles de conciencia en un numero aun insuficiente en las masas), mientras que la intervención abierta y directa del imperio estadounidense y sus aliados se hacen sentir con el rigor de los boicots económicos, el dumping petrolero, las llamadas sanciones económicas y el psicoterror con apoyo mediático privado que impera en la geografía nacional y que es utilizado como medio o recurso  eficiente para ideologizar, mentir y presentar como verdad absoluta la mentira aprendida.

En cuanto a la corrupción, ésta no nació con el Comandante Hugo Chávez Frías, ni con el Presidente Nicolás Maduro. Ésta viene desde 1830, cuando los sectores explotadores se consolidaron y parasitaron al Estado venezolano, con la explotación de las grandes mayorías, que estaban miserabilizadas y bajo engaño en un falso estado de bienestar social y de crecimiento económico, que no era tal y cuyos recursos energéticos y materiales estaban al servicio de los dictámenes imperiales.

La verdad nunca es impertinente y hasta las piedras saben que con el Comandante Chávez y el fervor revolucionario, la corrupción se refrenó y morigeró, escondiéndose en muchos pseudodirigentes, viejos excomunistas resentidos sociales y vástagos de la rancia burguesía con camisita roja, marca Tommy Hilfiger, que cuando vieron la inminente muerte del Comandante y con la asunción a la presidencia de la República del obrero presidente, Nicolás Maduro, sacaron sus garras y mostraron su verdadera naturaleza corrupta y robaron con descaro, promovieron la corrupción y se aliaron con los otros corruptos militantes de las filas oposicionistas, con la creencia de que con Nicolás Maduro la revolución acabaría, amén del desprecio por la condición de obrero no graduado universitario, del que, a  coro con la derecha proclamaron su caída e institucionalizaron el reto, tal y como lo proclamó el infeliz adeco y corrupto de siete leguas, Henry Ramos Allup, el pasado cinco de enero del años dos mil quince (05/01/2015), en la instalación de la Asamblea Nacional.

A la corrupción de ladrones insertos en la política y en la conducción del gobierno en diferentes niveles, no podemos soslayar la corrupción de muchos elementos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), los que ávidos de fortuna, cobran descaradamente peaje a todos los productores y transportistas de alimentos y servicios, que a la larga pagamos los pendejos en los costos de producción y comercialización, más los que desde altas jerarquías controlan el contrabando de gasolina y gasoil en gandolas, alimentos,  billetes o papel moneda, que van hacia Colombia y Brasil. 

Estos elementos indignos que enlodan el noble uniforme del Ejército de Simón Bolívar se pavonean con sus familias en gastos suntuosos, viajes,  propiedades por doquiera, privilegios por ser militares y la impudorosa actitud de ellos y de su familia contra el Presidente Nicolás Maduro, abierta y públicamente, en donde, por ejemplo, puedo afirmar, con toda certeza, que el Presidente Nicolás Maduro corre serio peligro, cada vez que toma un vuelo para alguna gira o viaje, sin saber con quién, realmente, va. Dudo mucho que esto no lo sepan los organismos de inteligencia del Estado. Hasta ahí se la dejo. 

Toda esta jauría se comete en complicidad con civiles que militan abiertamente en la oposición y con contactos e intermediarios de la U.S. Embassy en Caracas. Estos elementos son los mismos que siendo corruptos, se están preparando para un alzamiento armado, apenas alcancen la rebelión de las masas contra la crisis económica que estamos atravesando, amparándose ellos en el discursito manido de “acabar la corrupción del chavismo”, cuando todos sabemos que son ellos, golpistas agazapados con uniforme, los grandes rufianes corruptos, que ensucian el uniforme militar con sus actos en contra del Pueblo y la Patria.

Este flagelo de la corrupción tendría patas cortas, si no existiese la impunidad, cuyos garantes cómplices han sido, desde la anterior ex Fiscal General de la República (FGR), Luisa Ortega Díaz y todo ese ejército de fiscales superiores y auxiliares que todavía están parasitando muchos de ellos en el Ministerio Público, pese a la acción depurativa y anticorrupción que se ha planteado el actual FGR, Tarek William Saab, más los nuevos fiscales comoditos que son como un sostenido silencioso en música, prueba de esta afirmación podemos cuantificarla en que en las regiones y estados como Mérida, los causantes de muertes, destrozos y daños físicos y materiales no han sido imputados por estos fiscales del MP.

Y en esa línea de impunidad nos topamos con el Poder Judicial, estructura que está profundamente podrida, pese a ciertos avances e intentos fallidos de cambiar para que todo siga igual, lo que ha hecho que la administración de justicia en Venezuela siga siendo un coto de mafiosos adecos-copeyanos  y de la más repulsiva estirpe de fascistoides que controlan tribunales y cortes del Poder Judicial, con la ceguera de los honorables magistrados de las Salas que conforman el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). 

La revolución aún no ha llegado a la justicia formal y a la institución que la administra, razón por la cual la Soberanísima Asamblea Nacional Constituyente (ANC) tiene una deuda y tareas arduas y audaces que debiera acometer con la premura del caso, para liquidar la legislación burguesa, destrozar el andamiaje del actual Poder Judicial y abrir caminos a uno nuevo acorde a los nuevos tiempos y al servicio del Pueblo.

Ahora bien, cuando un pata en el suelo como el que escribe esto, se atreve a afirmar que el Poder Judicial está podrido, le acarrean peligros hasta la muerte, amenazas y sanciones, porque en el derecho positivo, no en el revolucionario, las pruebas han de ser materiales y una verdad, aunque la sepan hasta en la luna, no es verdad si no es tangible y si no hay pruebas más que suficientes y demostradas. 

En este tenor y siguiendo tejiendo verdades de perogrullo, basta con ver con amargura, cómo los juicios y sentencias en todos los tribunales de la República se represan, con premeditado retardo y silencio administrativo, porque con los miserables sueldos de los jueces, escribientes y alguaciles, como excusa fácil, ésta es una forma de compensación oculta, es decir, su corrupción se justifica.

Es por ello, también, que vemos, por ejemplo, que la mayoría de los alguaciles, con sueldos básicos y miserables, ostentan, almuerzan diariamente en restaurantes, usan perfumes caros, tienen camionetas, mantienen varias amantes y a la legal, quedándoles como adorno el sueldo, mientras que los jueces, se dan el lujo en estos tiempos del Dólar Today, de pedir a los presos que para su sentencias les sean favorables, que les tengan tantos dólares, como hizo una jueza mafiosa, hace escasos días, que le pidió a tres sentenciados reunir cada uno de ellos, trescientos dólares  (300,oo $) estadounidenses, en un tribunal penal.

Atrás no se quedan los tribunales y cortes contenciosas administrativas, de donde, por lo general, muchos de estos corruptos se postulan como candidatos para ser magistrados al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), quienes además, les han prefabricado sus respectivos curricula en las universidades, como hicieron en la Honorable Universidad Central de Venezuela (UCV), en octubre del año dos mil dieciséis (2016). 

Tenemos, por ejemplo, casos de corrupción e impunidad, en casos como en el de unos bachilleres que fueron asignados por el Sistema Nacional de Ingreso (SNI) para ingresar y comenzar sus estudios universitarios en la Universidad Nacional Experimental Simón Bolívar (UNESB), también conocida como USB (de la que soy profesor jubilado), pero a las autoridades universitarias no les dio la gana de admitirlos y los rechazó, porque en esta universidad decidieron desacatar al gobierno nacional y obligar la aplicación de una Prueba Interna Excluyente. Pues, resulta que estos bachilleres interpusieron un Recurso de Amparo con Medida Cautelar, que la jueza provisoria tardó en responder la admisión, luego sentenció en contra del derecho de estos bachilleres asumiendo, erróneamente, ella, que la UNESB era una universidad privada, lo que obligó a que estos bachilleres apelaran ante la Corte, cayendo en manos del Magistrado Ponente, de la Corte Primera de la Región Capital, Efrén Navarro, a quien le designaron el Expediente AP42-R-2015-000627, el pasado cuatro de junio del año dos mil quince (04/06/2015), quien guardó silencio y retardo administrativo, para no tener que sentenciar a favor de los bachilleres y en contra del capricho y rebelión de las actuales y eternizadas autoridades de la UNESB o USB, hasta que los bachilleres, en la encrucijada de que había transcurrido casi un año escolar y ellos no habían logrado inscribirse en la UNESB y a sabiendas de que si recurrían ante la Dirección Ejecutiva de la Magistratura (DEM) caerían en desgracia con el contenido de la sentencia, como es común en estos casos de denuncias  contra cualquier juez, decidieron ir en masas ante la Corte Primera de la Región Capital, en Chacao, acompañados de los medios de comunicación social a los que convocaron, con otros cientos de bachilleres que se adhirieron a la querella de la que esperaban la sentencia del magistrado ponente Efrén Navarro. 

Pues bien, éste ciudadano magistrado, como vio su sombre en los medios por este sonado caso, se comprometió con los bachilleres a sentenciar y sentenció con retardo y desgano, el pasado veintidós de octubre del año dos mil quince (22/10/2015), burlando a las víctimas e inermes, a los bachilleres, la mayoría de ellos, menores de edad, porque su sentencia se adhirió a la del Expediente 15-0572 de la Sala Constitucional del TSJ, y al dieciséis de junio del año dos mil dieciséis (16/06/2016),  este magistrado aún no había remitido la sentencia al Expediente de la Sala Constitucional del TSJ y ninguno de esta Sala se percató de ello, lográndose aquello de que “toda justicia tardía es injusta”, muy a pesar de que el abogado que los asistía, el M.Sc. Miguel Ángel Gómez, introdujo un escrito ante esta Sala Constitucional en este Expediente 15-057, informando de esta grave irregularidad a esta máxima instancia y pidiendo la ejecución forzosa de la sentencia que el mismo magistrado ponente jugó al retardo administrativo, muriendo  esta lucha por los derechos de los bachilleres en el sueño de los inocentes.  Y en este mismo tenor, encontramos expedientes en donde las víctimas son burladas con el más descarado desparpajo, por quienes se supone, administran justicia. En éste, como en muchísimos otros cientos y miles de expedientes, a quienes no creen en el fetiche de dios, no les queda, entonces, a quién recurrir para que se haga justicia.

Podemos citar, por ejemplo, otro caso, de una jueza, Margherita Coppola Alvarado, a quien denuncié el pasado catorce de noviembre del año dos mil trece (14/11/2013) y a la que, producto de esta denuncia, se le abrió un Expediente Administrativo por la Inspectoría General de Tribunales, Nro. 140245, en donde podemos leer, entre líneas, toda clase de vicios, mañas y  maniobras para encubrir a esta ciudadana en sus faltas, mientras que la citada dama sigue cometiendo atrocidades a nombre de la justicia en el Estado Vargas o donde se encuentre felizmente ahora, luchando “por la Venezuela tricolor que pronto vendrá”, según sus palabras. A este expediente le aplicaron “Operación Congelador”. 

Y por este camino, también puedo mencionar otro expediente de una querella de este pasado mes de octubre que introduje en un Tribunal de Control en el Estado Bolivariano de Mérida y, misteriosamente, pasadas tres semanas, no me habían dado respuesta de si la querella fue admitida o no, tal vez, por temor a quien se le querelló o por complicidad velada, para luego salir con aquello de desistimiento de la causa por parte del querellante, maniobra adeca muy propia de los tribunales en las regiones del interior de la República.

El caso es que en cuanto al Poder Judicial, han sido muchas las voces celestinas y muchos los silencios ominosos, los que nos obligan a rogar al Presidente del TSJ, tomar medidas urgentes e inusitadas, salir de todos los jueces corruptos, maleantes y de los que se sospeche o dude su apego a la justicia, al igual que despachar a todos los alguaciles que trafican con la justicia e incorporar a gente buena que ha venido formándose en revolución. Hay suficiente gente honesta y revolucionaria para impartir justicia en un Estado revolucionario. La justicia no es posible a medias, de a poquito, en unos casos sí y en otros no. 

Siguiendo con la enumeración caótica del coctel que han preparado para liquidar la revolución bolivariana, socialista y chavista, está el terrorismo económico. Hemos de decir por escrito lo que todos sabemos: el pueblo, los trabajadores estamos arruinados. 

Esta afirmación dolorosa y cruel se puede evidenciar en estas navidades paupérrimas de la mayoría de los venezolanos desde su cotidianidad, en donde se percibe la miserabilización de la vida. Las medidas económicas del gobierno nacional son insuficientes, porque por mucho que luche el Presidente Nicolás Maduro, su esfuerzo se seguirá perdiendo y el flagelo del terrorismo económico lo llevará al fracaso político, porque el Presidente Nicolás Maduro ha contado con un ejército de brazos caídos, ineptos e incapaces, entre gobernadores, alcaldes, ministros, directores y cuanto funcionario con facultad de enfrentar el bachaqueo, el sobreprecio, especulación, desabastecimiento programado, contrabando y escasez deliberada, mientras que muchos de estos funcionarios no han pasado de la consigna del “rodilla en tierra...” y el llantén  con el “Dólar Today”, sin que hayan hecho absolutamente nada contra estas lacras y manifestaciones del terrorismo económico. 

Lo peor de todo esto, es que toda la culpa del fracaso en esta lucha contra el terrorismo económico se la endosan única y exclusivamente al presidente Nicolás Maduro, mientras que unos cuantos se hacen los inmaculados o salen en algún pase televisivo con la parafernalia en alguna panadería o comercio, al tiempo que cohonestan esta corrupción del sector de producción, comercio y servicios privados y del Estado, haciendo que la corrupción y redes mafiosas descubiertas y atacadas en PDVSA luzcan como un caso más, entre muchos tantos que nos agobian y buscan quebrar la economía venezolana. 

El qué hacer contra el terrorismo económico, lo han dicho a gritos hasta las piedras del camino: Operación Tierra Arrasada contra toda manifestación de terrorismo económico y en defensa de la economía familiar y de los trabajadores. El cómo ya da pena repetirlo, para no ser tan tedioso: Constituir a las UBCH, CLP, CLAP y colectivos, en Fiscales Ad-Hoc contra la Guerra Económica y terrorismo económico en todas sus manifestaciones, inmediatamente, como acaba de hacer, algo, más o menos, parecido, por ejemplo, el Gobernador de Barinas, esta semana, Argenis Chávez. 

Esta Operación Tierra arrasada debe ir con poder de verdad y sin fraseología vacía, para sancionar, meter preso, confiscar y multar a todos los ladrones al detal y al mayor, cayendo en las bodegas, carnicerías, abastos, supermercados, empresas, comercios y servicios, buscando la especulación de origen en toda la cadena especulativa.
 
Como expuso el Constituyentista Mario Silva, en paráfrasis suya, sería remoralizar y redignificar al Pueblo. Se trataría entonces, de creer que “sólo el Pueblo salva al Pueblo”. Pero, necesitamos que el Presidente Nicolás Maduro actúe en esta dirección y el resto de alcaldes y gobernadores lo hagan o nos lo llevamos por delante. Lo hacemos con determinación o no tendremos chance de pataleo en los próximos tres meses del 2018. 

O liquidamos el terrorismo económico al detal y sacamos al Pueblo de la pobreza en la que nos sumergió la corrupción, la impunidad y el terrorismo económico, o no sabremos cómo vamos a padecer la arremetida de la derecha y la liquidación de nuestra sueño de redención alcanzado en el socialismo bolivariano y chavista.

No es poco lo que vienen adelantando contra la corrupción, tanto el Presidente Nicolás Maduro, como el Fiscal Tarek William Saab. Aún es insuficiente. La  impunidad y el terrorismo económico siguen carcomiéndonos la vida individual y social, al punto de que nos llevaron a la miseria económica y espiritual. Pero, estamos a tiempo de actuar. 

El Pueblo está dispuesto a enfrentar las lacras económicas y a quienes corresponde impartir justicia, estoy seguro de que acelerar el paso y por primera vez en la historia republicana, hacer justicia para todos por igual, nos ayudarían a consolidar la estabilidad democrática y a profundizar la revolución bolivariana socialista y chavista. 

No hacer lo que corresponde, significa, sin medias tintas, ponerse del lado de la derecha corrupta y trabajar por el derrocamiento y caída de Nicolás Maduro y de la revolución bolivariana, socialista y chavista.

(*) Una cosa es Constituyente, que es el acto y la acción principalísima para refundar la República con todas sus instituciones y, otra, el sujeto de acción electo por todos los venezolanos, el Constituyentista. La ignorancia aprendida homologa términos y conspira contra la esencia de las cosas. Bien podemos llamar las cosas por su nombre. 


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Perfil del Bloguero
Nacido en Mérida, Venezuela.Narrador y ensayista. Activista político de base, del PSUV. Comunicador de Calle del SiBCI, No. 16004.Profesor universitario e investigador de fenómenos sociales y del habla espontánea.Profesor en Lengua Materna; Magister Scientiae en Literatura Iberoamericana; Doctor en Ciencias Sociales.



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