Los discursos de los mandatarios de Argentina y Brasil reflejan el nuevo auge de la derecha y las políticas neoliberales que buscan desmontar los avances sociales sus países durante los gobiernos progresistas.
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, recibió el 3 de octubre al presidente interino de Brasil, Michel Temer, con el objetivo de trazar planes en común y fortalecer las relaciones entre ambos gobiernos de derecha.
Mauricio Macri fue el primer presidente de la región en reconocer a Temer después de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff el pasado 31 de agosto. Si bien no tienen tanto trayecto recorrido juntos, el encuentro entre Macri y Michel Temer pareció una reunión de viejos amigos.
Ambos mandatarios coincidieron en sus críticas a Venezuela y en la búsqueda de un acercamiento a la Alianza del Pacífico. Las similitudes entre los gobernantes de Argentina y Brasil no se restringen a los temas discutidos en el encuentro del 3 de octubre, los discursos en materia económica son similares.
El discurso neoliberal de Mauricio Macri
Desde la toma de posesión el 10 de diciembre de 2015 ha llamado a la liberación de precios, eliminación de subsidios, entrada de capital extranjero y regulación de normas laborales para hacer atractiva a las grandes multinacionales la idea de invertir en Argentina.
Durante el discurso del 1° de marzo en el Congreso argentino, Macri mostró la receta neoliberal que busca impulsar, en su interlocución el mandatario reiteró el llamado a la inversión extranjera, la eliminación de subsidios, reducción del gasto público, liberación de precios, que da luces sobre el paquete neoliberal que llevará cabo durante su administración.
Mauricio Macri repitió su discurso neoliberal en la reciente cumbre del G-20 celebrada en China, en aquella oportunidad, el mandatario instó a romper el proteccionismo comercial como medio para impulsar el desarrollo económico y destacó la necesidad de que los países del G-20 centren sus esfuerzos en fortalecer el sistema multilateral de comercio.
Macri abogó por un sistema comercial abierto, inclusivo y fuerte junto con políticas nacionales estables y coherentes, que calificó como "fundamentales para potenciar el impacto positivo de las inversiones en la prosperidad de la economía mundial".
En ambos discursos lo social es dejado de lado. En los primeros meses de su Gobierno Mauricio Macri llevó a cabo tarifazos en electricidad, gas, transporte; puso en marcha una fuerte ola de despidos, retiró el cepo cambiario que liberó el precio del dólar y acordó reuniones con el FMI.
Nada de esto prometió Macri durante su campaña presidencial, cuando aseguró que emprendería la “revolución de la alegría” en la que era posible construir “una Argentina con pobreza cero, donde todos podamos aspirar con un crédito a tener vivienda propia, a estar orgullosos por la educación pública. Vamos a hacer un sistema de tarifas justo para todo el país”.
Al asumir como presidente interino de Brasil el 31 de agosto pasado Michel Temer brindó detalles de su plan neoliberal para el país. En su alocución hizo referencia a la privatización de la estatal petrolera (Petrobras), liberación del mercado y acercamiento a los mercados financieros internacionales.
En su discurso Temer indicó que reformaría el sistema de jubilación con el objeto de reducir el gasto público así como eliminar los derechos de los trabajadores para beneficiar al sector empresarial.
Durante su breve mandato, las políticas en el plano económico han estado marcadas por las privatizaciones y los recortes, medidas que aumenta el descontento popular en torno a su gestión.
En contexto
Desde que Mauricio Macri llegó al poder en diciembre de 2015, ha devaluado en un 40 por ciento la moneda nacional, liberó los precios del dólar, ha triplicado las tarifas de servicios básicos de agua, luz y gas conocido como el tarifazo, ha impulsado un gran ola de despidos en los entes gubernamentales y pactó con los fondos buitre el pago de una deuda que le costará a los argentinos 12 mil millones de dólares.
Las medidas económicas de Mauricio Macri han sido rechazadas por amplios sectores del pueblo argentino quienes han señalado que las acciones demuestran la intención desmontar los logros sociales alcanzados por los gobiernos del kirchnerismo.
Michel Temer asumió el mandato interino de Brasil del 31 de agosto tras el proceso de juicio político contra la mandataria Dilma Rousseff que culminó con su destitución como presidenta de la nación.
Desde su llegada al poder simpatizantes de Dilma Rousseff se han mantenido en movilizaciones para denunciar el golpe de estado contra la expresidente.