Venezuela alberga en las entrañas de su ciudad capital, Caracas, la Biblioteca Nacional, recinto que posee una inmensa e invaluable colección de tres millones de antiguos textos, algunos de 4.000 años de antiguedad.
El arquitecto venezolano Tomás Sanabria diseñó esta estructura para dar refugio a las más increíbles obras literarias, muchas de las cuales han sido sobrevivientes de trágicos eventos como el exterminio de ejemplares prohibidos por alguna sociedad o cultura de la historia del hombre, terremotos y hasta inundaciones.
Entre los tesoros literarios abovedados en esta biblioteca se contabilizan manuscritos, libros, textos escritos a puño y letra de sus autores, mapas y pergaminos.
La biblioteca cuenta con secciones o departamentos que se han dispuesto para organizar de la manera más idónea estos exclusivos textos para el deleite de los asistentes a este lugar de saberes.
Cuenta con una sección llamada División de Libros Raros, Manuscritos y Archivos Documentales, espacio destinado a los Libros Raros, Libros Escapistas, Incunables Absolutos, Grandes Rarezas, entre otros textos que por su procedencia, exclusividad y hasta supervivencia han sido agrupados en este lugar de la biblioteca.
Los pasillos de esta división son oscuros y con temperatura controlada para preservar los tesoros que allí se encuentran; hay deshumidificadores en cada espacio y aire acondicionado con la graduación exigida internacionalmente para este tipo de espacios.
Asimismo, la Biblioteca Nacional dentro de su marco de antigüedad atesora un departamento de restauración y digitalización que ha permitido mantener el legado literario de muchas épocas y de muchos famosos y laureados autores, cuyas obras reposan en las instalaciones de esta edificación venezolana.