España y otros países europeos permanecen en alerta debido a las altas temperaturas registradas en el este tramo final de la primavera. La doctora y escritora Marisa Navarro explicó que el cerebro funciona bien hasta 35 y 40 grados, pero, por encima de estas temperaturas sufre alteraciones.
Las personas que se encuentran con un trastorno de ansiedad notan cómo se agudiza su cuadro en los meses de máximas temperaturas y, a nivel general, se asocia con más cansancio, apatía, mal humor, irritabilidad y un aumento de la impulsividad, indicó Navarro.
"Ocurre porque las neuronas no funcionan bien a tan altas temperaturas. Los climas extremos propician las conductas extremas, porque los seres humanos somos muy sensibles a los cambios climáticos, unos más que otros por supuesto", agregó.
La experta reconoció que la temperatura externa que el cuerpo necesita para poder dormir y descansar adecuadamente oscila sobre los 21 grados. Cuando esta es mayor aumenta el metabolismo porque intenta adaptarse al calor exterior y ocurre también una hiperexcitación cerebral, por lo que cuesta más conciliar el sueño y provoca mayor ansiedad.
Para combatirla, Navarro aconseja comer sano y ligero, descansar adecuadamente, así como no salir a la calle ni hacer ejercicio en las horas de máximas temperaturas.