Estados Unidos Decide

Siendo un adversario del consenso bipartidista en Washington, el multimillonario hombre de negocios Donald Trump ha articulado sorprendentemente las políticas económicas dirigidas a reconstruir un sector vacío e inutilizado, así como a restaurar el poder adquisitivo norteamericano. Ha denunciado repetidamente medidas de austeridad tales como recortes al programa Medicaid y la Seguridad Social, prometió revocar pactos de libre comercio tales como TLCAN, y ha dicho que desecharía el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, al cual se oponen los sindicatos de trabajadores.

Mientras hacía un esfuerzo por frustrar la aprobación populista de su principal rival demócrata, Bernie Sanders, Hillary Clinton se ha adherido a las reformas del neoliberalismo democrático de su marido, y que ha profundizado su antiguo jefe, Obama. Eso incluye el corte de derechos tales como el Medicare y Seguridad Social, así como las políticas en comercio, empleo y ambientales que privilegian una élite global adinerada.

De hecho, toda la carrera pública de Hillary Clinton se basa en sus relaciones cercanas a las grandes empresas, empezando con una posición de consejo de administración en WalMart mientras trabajaba como una abogada corporativa de Arkansas. Mediante la administración de su esposo y un dudoso trabajo de caridad, los discursos lucrativos de la pareja para audiencias corporativas, y su cercana asociación con Wall Street tanto como senadora de Estados Unidos y secretaria de Estado, Hillary Clinton ha marchado virtualmente a la vez con sus patrones adinerados.