El Tribunal Supremo de Canadá determinó este jueves que alrededor de 650 mil 000 canadienses tienen que ser considerados indígenas por las autoridades del país, lo que pone punto y final a una reclamación que se remonta al siglo XIX.
La decisión supone que las autoridades canadienses se verán obligadas a proporcionar determinados servicios a los métis e indígenas sin estatuto.
Las primeras naciones, como se les conoce a los pueblos originarios en este país, han luchado durante años por reivindicaciones y en exigencia del respeto a sus tradiciones ancestrales.