Se estima que alrededor de 15 mil niños de la Guajira colombiana se encuentran en situación de desnutrición severa, por falta de recursos básicos. A pesar del hambre, los niños y niñas de la etnia Wayuú siguen resistiendo a la falta de agua y la sequía, producto de la privatización del Río Ranchería, principal afluente de la región y de la ausencia de políticas de Estado.