Julieta Hernández, pedales y risas eternas hacia la utopía


22 de enero de 2024 Hora: 20:29

“Yo voy yendo a mi mar

a mis mares

así como la naturaleza».

Julieta Hernández

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La entrega amorosa de Miss Jujuba

Miss Jujuba era una niña grande, habitaba el cuerpo de Julieta Hernández Martínez. El centro de la vida de Julieta era Jujuba y la maravillosa interacción que tenía con los niños de las áreas desfavorecidas en Brasil.

Julieta, una artista circense venezolana, se había establecido en el país vecino, específicamente en Sao Paulo desde 2016, donde era parte del colectivo feminista ‘Circo di SóLadies’. Dentro de este colectivo artístico se presentaba como ‘Payasa Jujuba’ y lograba conmover desde la alegría a todos con su actuación.

Julieta expresó en uno de sus últimos vídeos “ser mujer, payasa y venezolana son tres cosas entrelazadas. En estos momentos soy una migrante itinerante viajando en bicicleta por el interior de los Estados nordestinos de Brasil. Y aunque no sea el país donde nací, es un poco mí país también porque inevitablemente como migrantes acabamos permeándonos de la cultura y realidad del país al que por necesidad o elección fuimos a vivir. Ser mujer, payasa y migrante es una gran responsabilidad porque, queriendo o no, nos convertimos en referencias de mujeres que viajan solas, referencias de mujeres que eligen una profesión que generalmente es de hombres. Porque a muchos lugares es difícil que lleguen payasos, y menos payasas”.

La Organización Circo di SóLadies, su principal hogar artístico, acogedor y amoroso de militancia, un grupo formado por mujeres artistas que investigan el lenguaje del cómic en el panorama teatral, circense y audiovisual, expuso una carta en idioma portugués en el que expresaron:

“Julieta fue una mujer que se atrevió a abrirse camino por su cuenta. Por mucho que Julieta se articulara en diferentes redes, tenía un ímpetu solitario, hacía uso del derecho a ser íntegra, a que su individualidad estuviera permeada por sus emociones y vivencias. Su lugar de creación y experiencia del mundo era privado y sagrado. Julieta era una mujer valiente, cimentada en la realidad y ninguna otra forma de verla es aceptable”, detalla la carta.

 

Las diez Julietas y su tejido invaluable

Julieta Hernández se graduó con honores de la carrera de Veterinaria en la Universidad Central de Venezuela (UCV), obteniendo el grado Summa cum laude y la distinción de «mención publicación» por su destacada tesis.

Durante su formación en la Facultad de Ciencias Veterinarias, ubicada en la ciudad de Maracay, estado Aragua, Julieta también se adentró en el mundo del ciclismo, inspirada por las enseñanzas del naturismo tropical de Keshava Bhat.

Se destacó por sus investigaciones y prácticas en el ámbito de la payasería desde una perspectiva antropológica y desde su identidad latinoamericana, específicamente venezolana. Además, participó activamente en redes de mujeres feministas, colaborando con payasas brasileñas organizadas.

Participó en varias obras de teatro universitario bajo la dirección de Lali Armengol, donde se desempeñó como actriz. Además, mostró su compromiso con el movimiento feminista al cofundar la Red de payasas venezolanas junto a otras mujeres.

Fue una grandiosa cuatrista, un instrumento que la acompañó tanto como la bicicleta. 

Se convirtió en migrante, emprendiendo un viaje, atrevido, rebelde, que desde su libertad asumió a través de unos pedales.

De las razones más importantes de su migración fue el arte y su constante evolución, Julieta decidió migrar a Brasil con el objetivo de estudiar el teatro del oprimido.

Apagaron su vida, pero no su voz

Hablar de violencia, de estructura patriarcal, del miedo y la resistencia a todo esto por parte de las mujeres del mundo siempre resulta un tema inacabable, doloroso e indignante, porque diariamente mueren mujeres y mueren porque las asesinan.

El caso de Julieta Hernández es ahora sinónimo del clamor por la justicia, del ardor de muchas voces de mujeres, niños/as, ciclistas, artistas y toda una red que fue tejida también por Miss Jujuba. Ella ya se había convertido en una voz, en un verbo, con toda su creatividad, entrega y honestidad con el mundo. En diciembre de 2023, Julieta residía en una ciudad de Brasil, lugar en donde le fue arrebatada la vida por un hombre y una mujer:

“Mi hermana estaba en ese lugar era por la existencia de cinco hermosos niños de padres abominables, quiero exigir al Gobierno de Brasil que vele por ellos y les garantice su máxima seguridad, que sus vidas estén rodeadas a partir de ahora de amor, cultura y conocimiento. Que a esas tres niñas y dos niños no les falte nada y que jamás en su vida se reencuentren con estos monstruos. Que las personas que estén a cargo de ellos sean estrictamente evaluadas para que la vida de mi hermana haya valido la pena. Estos niños estaban mal nutridos, en condiciones muy malas y mi hermana quiso comprarles alimentos el 23 de diciembre para que pasaran un 24 de diciembre con la barriga llena. Mi hermana dio la vida por ellos y no podemos permitir que su causa sea en vano”, dijo Sophia Hernández, hermana de Julieta, en el marco del homenaje a la joven artista venezolana realizado en la Casona Cultural Aquiles Nazoa, en Caracas, Venezuela.

 

El asesinato de Julieta es ahora una revuelta de dolor para muchas personas en muchas partes del mundo, incluyendo sus familiares, quienes esperaban por ella en el mes de diciembre para recibir el nuevo año, pero a Julieta no le permitieron llegar.

La desaparición física de esta artista ha significado dolor y al mismo tiempo gran compromiso, un pedazo de cada individuo que creía en ella, muchas payasas y payasos con sus lágrimas en forma de lluvia.

“Condenamos a la prensa brasileña por su amarillismo, condenamos el acoso del que hemos sido víctimas mi madre y yo. Exigimos respeto y repudiamos a la prensa nacional e internacional y a los mal llamados periodistas que se apoyan de artículos amarillistas para replicar sus análisis y opiniones infundadas, repudiamos al patriarcado que nos acusan de él por no hablar de hechos que aún no han sido esclarecidos, pero sobre todo condenamos al feminicidio sistemático y arraigado en Brasil en donde muere una mujer cada seis horas, condenamos y repudiamos el feminicidio en toda Latinoamérica y el mundo”, aclaró Sophia Hernández.

Pero su despedida ha sido un volcán de emociones y creación, hoy son 167 ciudades (y más) divididas en Brasil, Argentina, Venezuela y España, en donde la convocatoria para el homenaje y la exigencia de justicia ha sido a través de bicicletadas, intervenciones artísticas y movilizaciones.

“En estos momentos en Brasil hay un movimiento enorme por la muerte de mi hermana, diversos colectivos políticos sociales, feministas han alzado la voz por Julieta y nos han cobijado con su fuerza y amor. Julieta presente es un movimiento que se ha expandido en varios países del mundo, exigimos urgentemente a los gobiernos garantizarles la vida a las mujeres y a los niños ya que estos son el futuro de una nación”, aseguró Sophia Hernandez.

 

El cuerpo de Julieta Hernández fue hallado sin vida el pasado 5 de enero en la ciudad de Presidente Figueiredo, en el estado Amazonas de Brasil. El ministro para la Cultura de Venezuela, Ernesto Villegas, anunció la repatriación del cuerpo de la artista, que fue entregado el pasado 12 de enero para realizar los actos velatorios en Puerto Ordaz, con familiares, amigos y allegados de Julieta Hernández.

Artistas y músicos de otros estados también se hicieron presentes, cantando distintas canciones y recitaron poemas en honor a Julieta. También se llevó a cabo el acto de sepultura en el cementerio Jardines del Orinoco. Como parte del homenaje, en horas de la tarde, ciclistas realizaron una rodada en honor a la vida y obra de la artista. También se concentraron en las cercanías de la urbanización Los Jabillos, en Alta Vista, donde crearon un mural en su honor.

Cabe destacar que el caso de Julieta Hernández no es un hecho apartado, los casos de agresiones contra mujeres venezolanas en el exterior han aumentado durante el año 2023, según Aimee Zambrano, antropóloga venezolana y directora del Monitor de femicidios Utopix. Estos incidentes han ocurrido principalmente en países como Perú, Colombia y Ecuador. En medio de los actos terribles que se desarrollan en nuestro mundo actual, Indira Carpio Olivo nos recuerda que la guerra no se limita únicamente a países como Palestina, sino que también se manifiesta en forma de genocidio contra las mujeres y todo lo relacionado con lo femenino.

 

La utopía macerada en chocolate, convertida en millones

Julieta removió las masas y ahora está convertida en el arte transformador que seguramente podrá brindar seguridad, confianza y calor a muchos y muchas artistas al menos en Brasil y Venezuela y quién sabe si en otros países del mundo.

En palabras de Sophia Hernández, Brasil está organizando una ley llamada “Julieta Hernández” para que toda mujer artista cicloviajante tenga un lugar seguro en el cual descansar en su camino; en Venezuela, con el apoyo del Ministerio para la Cultura, fue inaugurado el espacio «Julieta Hernández» en la Casona Cultural Aquiles Nazoa, donde se realizarán películas y documentales basadas en la vida artística y cicloviajante de Julieta.

Por otro lado, el Circo Di Soladies, la casa de militancia de Julieta por muchos años, vuelve y renace de entre las cenizas después del terrible suceso, y llega directamente al Festival Criança é o Maior Barato organizado por @ciafabricadesonhos en Sao José do Rio Preto, en honor por supuesto a esta maravillosa artista.


 

Miss Jujuba, una mujer de pedales y sueños… la tan llamada utopía macerada en chocolate, la ahora mariposa andante, hoy es significado de la reapertura de espacios y sueños, de la celebración, de continuar la lucha, del abrazo sororo, del encuentro revolucionario y latinoamericano.

Julieta fue y es una luz en medio de la oscuridad

la sonrisa viajera

la payasa del amor y la protección.

Entre ser migrante, ser mujer y artista,

su vida se cargó de aventuras

empoderamiento y determinación,

también de mochilas sin miedos

de osadía por el andar en soledad

y al mismo tiempo en colectivo,

Julieta es y fue la acción de atrevimiento

de muchas mujeres…

Aún asumiendo la rebeldía contrasistema

terminó siendo un cuerpo más,

ahogado en el terror y la miseria,

de quienes creen que la vida de cualquiera

se apaga con la morbosa violencia

que emana de sus venas.

JULIETA PRESENTE

Autor: teleSUR - Carla Aular

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