“Una frase dice más que mil palabras: ¿necesitamos de los políticos?”

“Una frase dice más que mil palabras: ¿necesitamos de los políticos?”

© Por Pablo Virgili Benitez (Estudiante de Comunicación Social) *** Especial para teleSUR

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El Estado por definición es la forma de organización política, dotada de poder soberano e independiente, que integra la población de un territorio. Dicho Estado está integrado a su vez por el Gobierno que es su principal pilar, la autoridad que dirige, controla y administra sus instituciones, la cual consiste en la conducción política general o ejercicio del poder ejecutivo del Estado, este poder es ocupado por un Presidente o Primer Ministro que ejerce el poder político sobre una sociedad, el mismo es electo por votación popular en los países democráticos o designado por el Poder Legislativo (Asamblea Nacional, Senado o Cámara de Representantes, según el caso particular de cada país) y en la minoría de países designado o electo por nadie solo puesto a la fuerza en las dictaduras o monarquías absolutistas modernas; _no voy a mencionar estos países, el que se instruye a diario sabrá muy bien cuales son_.

El Presidente o Primer Ministro es un ciudadano igual que otro cualquiera solo que cuando llega a ocupar el más alto cargo de la dirección de un país pasa a un nivel superior al tener en sus manos el poder y los designios que rigen a una nación. Tiene derechos supremos como inmunidad ante la justicia común, dispone de avión y limosinas de lujo y privados, cobra el salario más alto, vive en una mansión y come en vajilla y cucharas de oro y plata. 

En la campaña aun siendo candidato el “Presidente” promete villas y castillas, el cielo y las estrellas y hasta el universo entero a la gente del pueblo _los votantes_ para convencerlos de llevarlo a la primera magistratura, al ganar en las elecciones y tomar las riendas del gobierno, _en la mayoría de los casos_ se olvidan las promesas de campaña que sirvieron de cantos de sirena y seducción y se cumple poco o nada; exceptuando _por supuesto_ a los gobiernos progresistas y de la izquierda latinoamericana que han sido los únicos que han dotado a sus pueblos de derechos y conquistas sociales.  

Viendo la realidad y leyendo detenidamente este análisis nos saltará la duda y nos preguntaremos: ¿necesitamos de los políticos?

En parte respondería que sí, pero solo en parte. Un país sin Presidente seria como un barco sin capitán, todos harían lo que se les antojara, nadie trabajaría, sería solo goce y fiesta y el barco terminaría hundiéndose. Pero a la vez en un país sin Presidente no hubiera corrupción ni burocracia _los cánceres más malignos de la sociedad moderna_, tampoco habría desigualdad entre ricos y pobres, ni montañas de impuestos o leyes inservibles.

A estas alturas del partido en pleno siglo XXI viviendo en la región más desigual del planeta (América Latina) sí necesitamos de políticos, pero de políticos sensatos e íntegros que oigan los reclamos de la gente, que se bajen de los aviones o vehículos 4x4, vayan a menos cumbres y caminen y visiten más las distintas ciudades de sus países y escuchen y reciban el calor de la gente; y a la vez gasten menos gasolina y así cuidan también el medio ambiente. Pero no solo eso también necesitamos ciudadanos astutos y correctos que voten conscientemente por los candidatos más completos para que después no haya llanto ni arrepentimiento porque ya lo dijo Gandhi: “si hay un idiota en el poder es porque quienes lo eligieron están bien representados”… Luego no tener que decir que la culpa es de la vaca, la culpa es nuestra que votamos por los candidatos equivocados, solo de nosotros los ciudadanos que somos quienes realmente tenemos el verdadero poder y ese se llama: voto.