Los tiempos que corren (200 años pasan volando)

Quizás, es este un desaforado grito de rabia. Quizás, es sólo la pluma montada en cólera de una compatriota de todos los argentinos y argentinas . Quizás carecen estas líneas del rigor científico necesario para hablar de la historia de nuestro pueblo. Quizás nadie encuentre sentido en este rejunte de conceptos. O tal vez , algunos encuentren el sentido que quisiera darle a estas palabras. Entendiendo que es necesario encontrar una nueva forma de organización de las sociedades; en la que las personas dejen de estar definidas por una falsa idea de individuo , por una falsa idea de libertad , por una falsa idea de democracia y por una falsa idea de independencia; inclusive por una falsa idea de familia, ( es decir , encontrar una forma de organización que re-signifique aspectos estructurales de la dinámica de interacción básica de los grupos humanos occidentales ) ;una forma de convivencia en la que se tenga en cuenta al conjunto todo de las personas que componen una comunidad. Entendiendo también, la necesidad de encontrar nuevos paradigmas ( o rescatar antiguos paradigmas ) a la hora de entender los procesos y relaciones entre los ecosistemas en los que desarrollamos nuestras actividades productivas y cómo estas mismas afectan el soporte que permite nuestra vida, apremia la necesidad de sentar cierta posición sobre algunos criterios. Han transcurrido 200 años desde que se firmó la independencia de este estado soberano, de las Provincias Unidas, en fin, la República Argentina, una proforma jurídica que nos permite reconocernos como país , nación, y que nos permite acceder a ciertos privilegios administrativos sobre un territorio determinado , el conjunto que lo habita , y las condiciones en las que ese conjunto habita ese territorio. Sin ser irrespetuoso de nuestra patria , de nuestros próceres , mártires , bandera , ni de nuestros compatriotas , cabe decir : “ Independencia , las pelotas! “ . Existe un por qué de esta herejía, 200 años después de firmar papeles de colores en la casa de doña Francisca , de corretear al virrey hasta abajo de la cama y de ir a reventar aguantaderos realistas a Chile , Bolivia , Perú y Uruguay ; la maldita oligarquía ( que NUNCA fue aristocracia) sigue rematando la tierra de nuestro pueblo . Nuestros héroes , mientras , yacen sepultados bajo el putrefacto sudario de la infame historia oficial . Nuestra independencia es de ellos . La actas las firman las administraciones , los pueblos no firman actas , no certifican ante escribanos sus voluntades . No poseen títulos de propiedad sobre parcelas . Es manifiesta la imposibilidad del oprimido campo popular ( de todo este abanico de plebeyos) de adecuarse a funcionamientos legales o jurídicos , que han sido creados y redactados por generaciones de avivados y defensores del crucifijo. Ninguno es Cristo. Vivimos presos de leyes que no son nuestras , que no conocemos , y que no entendemos . El populacho no sabe leer. Pero, habla en español Sobre este dominio , pagamos por vivir , pagamos con sangre y transpiración la vida que gastamos, que nos gastan. ¿A quien le pagamos ? Todo indicaría que le estamos pagando a aquellos que usurparon la tierra , a aquellos que mataron a los que vivían desde antes que llegue la viruela . Aquellos quienes nos presentaron dos candidatos en las elecciones , La Cruz o La Espada. 500 años y 6 meses después, “la independencia” la festeja el rey de España, con los amigos de siempre. El pueblo no festeja independencias añoradas, el pueblo trabaja. Nosotros mantenemos vivas viejas canciones. Ellos firman las actas.