Entrevista con Ramiro Solveyra, referente de Peronismo Militante (PM-FPV)

¿Qué te llevo a acercarse a la militancia?

Me sume a la lucha política en gran parte por Néstor y Cristina, ya que vi en ellos referentes simbólicos que planteaban y llevaban a cabo políticas que representaban aquellas transformaciones sociales en las que siempre creí; uno como militante apuesta fielmente a construir no solamente una Patria, sino directamente un mundo más justo.

¿Qué fue puntualmente lo que te entusiasmo de los gobiernos kirchneristas?

En primer lugar el haberlo devuelto la esencia a la política, recomponiéndola con su esencia real que es la de constituirse como una herramienta para mejorar la calidad de vida del pueblo. Algo que se hizo, por ejemplo, enfrentando a la renta de los más poderosos para generar una profunda redistribución genuina de la riqueza. Obviamente que eso inevitablemente genera conflictos, y cuando dichas disputas aparecen es inevitable que la sociedad se politice e involucre.  Desde ese lugar, el Frente Para la Victoria vino a proponernos el volver a tener sueños.

¿Cuáles crees que son, para un proyecto político de características progresistas, los principales desafíos para concretar esos sueños que decís?

Resolver aquellas cuestiones relacionadas a la exclusión social es algo que no se puede dar si no hay soberanía política e independencia económica, por ello es necesario implementar políticas macroeconómicas que favorezcan a ello. Para eso hay que generar autonomía en torno a las grandes potencias mundiales, que lo que menos quieren es que nosotros seamos una Patria liberada, y mucho menos articulada con el resto de los países de la región como se generó en los últimos 12 años de la mano de Chávez, de Evo, de Lula, de Néstor, como grandes paladines del cambio de época que ha venido viviendo América Latina.

¿Cuál es el rol de la militancia en esa disputa?

En un país como el nuestro, donde hay 100 familias que hasta el día de hoy producen alimento para  400 millones de personas, no puede haber hambre; aunque los medios hegemónicos oculten el papel del gran empresariado en los problemas diarios que tenemos los argentinos. Entonces ahí hay una discusión por dar. Los que más tienen jamás van a querer perder poder, siempre van a cuidar sus intereses concentrados; si la militancia política no se posiciona contra eso, será una militancia banal, más ligada a lo que es la partidocracia que a un movimiento que luche por los más pobres, por los jóvenes, por los ancianos, por los trabajadores.

Nosotros creemos, como decía el Che Guevara, en la construcción del hombre nuevo. Porque no se puede construir una sociedad nueva con dirigentes políticos, que por más que dialécticamente tengan otro discurso, mantengan las prácticas liberales. Por eso es fundamental dar y saldar una batalla cultural que nos permita cambiar la manera de hacer política.

Arrancamos la entrevista hablando de la importancia de recuperar los sueños en la práctica política, ¿con que país soñas?

Que esos tipos que trabajan 14 horas por día y aun así no les alcanza puedan tener los mismos derechos que tienen los que viven de los que trabajan. A eso aspiro, un país sin pobreza, deseo profundo que debemos tener todos los peronistas y que nace de la capitana de nuestra rebeldía que es Eva Perón. Por otro lado anhelo ver una sociedad que no funcione en base al individualismo, sino al amor y al patriotismo. Ser argentino es un honor, es un orgullo, amo este país y lo que representa, me encantaría que en algún momento podamos decir que efectivamente tenemos una Patria que nos cobije igualitariamente a todos.