La mayoría de los familiares de los civiles muertos en un choque armado con las autoridades en el estado de Michoacán (suroeste) de México, dijeron a la prensa internacional que dudan de que sus parientes hayan perecido en un enfrentamiento como sostiene el Gobierno.   

De acuerdo con testimonios recogidos por la agencia de noticias AP, consideran que por el estado en que quedaron los cuerpos de sus hermanos, hijos, esposos y sobrinos, no parece que hubiesen sido asesinaron a disparos. 

El pasado viernes 43 personas, calificadas en su mayoría como criminales y un agente federal murieron tras un enfrentamiento dentro de una casa grande (rancho) situada en Michoacán, entre presuntos miembros de un cártel del narcotráfico y las fuerzas federales. 

Tres personas fueron detenidas y se decomisaron más de 36 armas.

Sin embargo, las fotografías que mostraron las autoridades luego de levantar los cadáveres se observan entre otras cosas que algunos cuerpos estaban en lugares distintos al que se encontraban antes de ser levantados, lo cual ha generado duda sobre la veracidad del la Fiscalía. 

Las autoridades dijeron que todos los fallecidos eran supuestos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (JNG), uno de los más fuertes grupos del narcotráfico en México. Además aseguraron que 42 de los fallecidos eran hombres oriundos del estado de Jalisco (oeste), vecino de Michoacán. 

Pero, la versión de las familias es otra. Una señora que buscaba el domingo a su hermano entre los cuerpos llevados a la morgue contó que él salió con un grupo de al menos 25 personas de Ocotlán (Jalisco) una semana antes del “enfrentamiento” y dijeron que iban a trabajar en un rancho en Michoacán. 

Entre los fallecidos había seis cuerpos "quemados" y la señora esperaba que le tomaran muestras de ADN a algún cuerpo para ver si alguno de los cadáveres coincidía con las características de su hermano.

Otra de las parientes, que prefirió no identificarse para evitar represalias, contó que reconoció el cuerpo de su hermano, el cual tenía marcas de golpes en el rostro. 

"La lógica lo dice: en un enfrentamiento se mueren de aquí y de allá”, dijo y subrayó que su familiar tenía un disparo por arriba de la cabeza.

Mientras que los familiares de Mario Alberto Valencia Vázquez, -otro de los identificados-, aseguraron que trabajaba en una mueblería.

"Le ofrecieron trabajo en el rancho y se vino", dijo uno de los familiares tras acotar que los dientes se le veían flojos "como si lo hubieran golpeado con algo" y que también tenía golpes en el cuerpo. 

Por su parte, una mujer contó que su esposo "está destrozado de la cara (...) le faltaba un ojo”.

Los cadáveres fueron hallados en los terrenos del Rancho del Sol (frontera con Jalisco), sin camisa y algunos sin zapatos. Otros estaban al lado de fusiles y muchos en un campo agrícola y otros un en un patio lleno de sangre en el que había objetos regados.  

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Luego de la captura de varios capos -como el líder de los Caballeros Templarios, Servando Gómez, detenido en febrero-, la violencia entre los grupos delictivos de la zona se han intensificado, dejando a decenas de muertos.

A principios de mayo, miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación derribaron un helicóptero del Ejército en Jalisco y mataron a ocho soldados y a una agente de la policía federal.

Asimismo, la semana pasada, ocho personas fallecieron en otro enfrentamiento en ese mismo estado, en disputas por el control de las rutas de sustancias prohibidas como cocaína, metanfetaminas, entre otras.