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No existe suficiente información que nos diga cómo la CIA fue secretamente capaz de organizar un programa internacional de entregas extraordinarias, detenciones secretas, torturas. (Foto: Archivo)

No existe suficiente información que nos diga cómo la CIA fue secretamente capaz de organizar un programa internacional de entregas extraordinarias, detenciones secretas, torturas. (Foto: Archivo)

Publicado 22 septiembre 2014



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Guerras ilegales, ocupaciones, intervenciones, detenciones a personas sin ningún cargo y por tiempo indefinido.

Alimentando la ira que incita al terrorismo.

El 2 de noviembre de 2005, hace casi nueve años — El Washington Post publicó un artículo en el que citaba a ex funcionarios de la CIA que afirmaban que la Agencia estaba secretamente deteniendo, interrogando y torturando a detenidos sospechosos de terrorismo en prisiones secretas en Europa. (Dana Priest, "La CIA detiene a sospechosos de terrorismo en prisiones secretas. El debate está creciendo dentro de la Agencia sobre la legalidad y la moralidad del sistema establecido en el extranjero después del  9/11". El Washington Post, 2 de noviembre de 2005) Mientras la administración Bush prefirió referirse a esta práctica diciendo que "la Agencia está mejorando las técnicas de interrogación", el Presidente Obama finalmente admitió, este año (2014), "torturamos gente" (The Guardian, 01 de agosto de 2014).

Guerras ilegales, ocupaciones, intervenciones, detenciones a personas sin ningún cargo y por tiempo indefinido sin permitirles  acceso al mundo exterior, torturas y malos tratos a "presuntos terroristas" solo sirvieron para aumentar  la ira que incita al terrorismo. En  el 2006, una estimación de la Inteligencia Nacional afirmaba que la guerra en Irak ha incrementado la amenaza de terrorismo (léase en The Guardian). Sin embargo, Estados Unidos y los gobiernos aliados, siguieron en el mismo camino autodestructivo negándose a aprender de sus errores, pero eso sí, tratando de protegerse de los abusos cometidos en el pasado.

Pocos días después de los ataques del 11 de septiembre del 2001, el Vicepresidente estadounidense Dick Cheney argumentó en televisión nacional que era necesario para los Estados Unidos trabajar en el "lado oscuro", pasar tiempo en las "sombras del mundo de la inteligencia". Descaradamente desacreditando la idea de un gobierno abierto y transparente (tan necesaria para la rendición de cuentas en una democracia próspera), Cheney explicó que el gobierno trabajaría "en silencio" y "sin ninguna discusión". "Va a ser vital para nosotros usar todos los medios a nuestra disposición... para lograr nuestro objetivo," explicó (Meet the Press, NBC, 16 de septiembre de 2001)

Por mucho tiempo dos gobiernos consecutivos de los Estados Unidos han logrado esconder la mayor parte de lo que estaba pasando. “En las sombras del mundo de la inteligencia". Han contado con el apoyo de gobiernos europeos que se negaron a cooperar con las investigaciones sobre el programa de la CIA y sus interpretaciones, detenciones y torturas. Estos países  han hecho denodados esfuerzos para mantener su participación en el programa de la CÍA oculto del escrutinio público (informe Fava, 2007), negando la reparación a las víctimas y negando al público el derecho de conocer la verdad sobre lo que exactamente se ha hecho en el nombre de la "seguridad nacional".

Este año, en julio 22 el Tribunal Europeo de derechos humanos dio un poco de luz al programa de tortura de la CIA. El Tribunal determinó que Polonia fue parte del mismo (Al Nashiri v Polonia; Abu Zubaydah v Polonia). El Tribunal sostuvo que las autoridades polacas sabían que la CIA utilizaba su territorio entre 2002 y 2003 para entregas y detenciones secretas y sabía que se trataba de interrogatorios con prácticas de tortura. Esto llego tras otra decisión del 13 de diciembre de 2012 (también por el Tribunal Europeo de derechos humanos) en el caso El-Masri contra Macedonia, se constató que un equipo de interrogación de la CIA había torturado al Sr. El-Masri, y que Macedonia era responsable. Agentes del gobierno macedonio no hicieron nada mientras el Sr. El-Masri fue torturado en un proceso que fue diseñado para romper su espíritu. El programa de la CIA siguió un patrón sistemático que fue diseñado para quebrar mentalmente a los detenidos.

Polonia no es el único país que ha apoyado el programa de tortura de la CIA. El actual Relator Especial sobre la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales ha dicho que – además de Polonia – existe evidencia creíble para demostrar que las prisiones secretas de la CIA (también conocidas como "lugares negros") fueron ubicadas en territorio de Lituania, Marruecos, Rumania y Tailandia y que los funcionarios de al menos otros  49 países permitieron que su espacio aéreo o aeropuertos fueran utilizados para vuelos de interrogación (Ben Emmerson QC –informe 1 del 1 de marzo del 2013-). Países de Europa Oriental (Polonia, Lituania y Rumania) fueron escogidos por los Estados Unidos para servir de prisiones secretas debido a su deseo de formar lazos diplomáticos y económicos con los Estados Unidos

Un informe de la Open Society Justice Initiative (OSJI) arroja más luz. El informe documenta la extensa complicidad internacional en el programa de la CIA. Países que apoyaron permitiendo que vuelos de interrogación aterrizaran y recargaran combustible en su territorio – o  transfiriendo individuos a la CIA aun sabiendo que había un riesgo real de que la CIA haría uso de la tortura. El informe OSJI identifica los siguientes países como participantes en el programa secreto: Afganistán, Albania, Argelia, Australia, Austria, Azerbaiyán, Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Canadá, Croacia, Chipre, la República Checa, Dinamarca, Djibouti, Egipto, Etiopía, Finlandia, Gambia, Georgia, Alemania, Grecia, Hong Kong, Islandia, Indonesia, Irán, Irlanda, Italia, Jordan, Kenia, Libia, Lituania, Macedonia, Malawi, Malasia, Mauritania, Marruecos, Pakistán, Polonia, Portugal, Rumania, Arabia Saudita, Somalia, Sudáfrica, España, Sri Lanka, Suecia, Siria, Tailandia, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido, Uzbekistán, Yemen y Zimbabue (informe de OSJI) .

Notablemente ausentes de la lista de países que apoyaron el programa de la CIA, según el reporte de la OSJI, son los países latinoamericanos. Mientras que estos países se negaron a participar en el programa, ahora se les está alentando para que sirvan de hogar de los detenidos en Guantánamo. (Guantánamo. va a cerrar. Confirma Biden, pero no con la ayuda de América Latina, teleSUR, 18 de julio del 2014). El ex líder del grupo guerrillero Tupamaros y actual Presidente de Uruguay, José Mujica, ha accedido a conceder asilo político a seis prisioneros que estén próximos a ser liberados de Guantánamo. Por su participación en el grupo guerrillero Tupamaros, Mujica pasó catorce años en la cárcel, diez de los cuales fueron en confinamiento solitario.  Es comprensible entonces su motivación para conceder asilo a algunos de los muchos detenidos en Guantánamo.

No existe suficiente información que nos diga cómo la CIA fue secretamente capaz de organizar un programa internacional de entregas extraordinarias, detenciones secretas, torturas y malos tratos; incluyendo el apoyo de algunos enemigos declarados de los Estados Unidos. La información se ha podido conocer gracias al coraje y filtraciones de denunciantes y el trabajo de periodistas comprometidos y defensores de los derechos humanos. A pesar de todo esto, mucha de la información permanece oculta, en las sombras.

Más de setenta presos detenidos en Guantánamo están listos para ser liberados (proyecto para cerrar Guantánamo). Sólo unos pocos enfrentan juicio. Clave entre estos detenidos son los cinco presos vinculados al Khaled Sheik Mohammed y otros v USA, litigación que está en la Comisión militar de la bahía de Guantánamo. Su juicio está plagado de violaciones al debido proceso. En abril de este año (2014) los abogados descubrieron que el FBI había entrevistado en secreto a un experto en seguridad de la parte defensora y luego supieron que otros  cinco miembros de la defensa de los cinco acusados también fueron interrogados (uno por cada acusado). Los abogados sospechan que al menos una persona podría haber sido incluso un informante del FBI. Previamente, los equipos de la defensa se enteraron que dispositivos de escucha plantados como detectores de humo existían en las salas donde se reunía el abogado con su cliente; el monitoreo por parte de la CIA  de la sala de la corte; la desaparición de grandes volúmenes de archivos tanto de la defensa como de la Fiscalía de servidores de comisiones militares diseñados especialmente para el caso; y la acumulación de cantidades de excrementos de rata y moho en el espacio que tenían como oficina los abogados de la defensa en la bahía de Guantánamo. Ante esto, los abogados defensores se vieron obligados a firmar una orden de protección restrictiva que les impide divulgar cualquier información a terceros. Esto hace imposible que los abogados puedan compartir información sobre la tortura a la que sus clientes fueron inevitablemente sometidos.

En marzo, la Presidenta del Comité del Senado sobre inteligencia, Dianne Feinstein, acusó a la CIA de haber espiado a su Comité. La CIA confirmó en julio del 2014 que lo había hecho. El factor que prevaleció para suprimir más revelaciones de tortura de Estados Unidos a presuntos terroristas. Una rendición de cuentas y justicia para la tortura es necesaria. Necesitamos que más luz brille en las sombras de ocultamiento que permitió a Bush y Cheney operar en el "lado oscuro".


teleSUR no se hace responsable de las opiniones emitidas en esta sección

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Solo existe sombra imperial y contra esto la luz rebelde y revolucionaria.
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