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#¡Suficiente! es una campaña para la abolición de la guerra en Afganistán mediante la creación de alternativas autónomas.

#¡Suficiente! es una campaña para la abolición de la guerra en Afganistán mediante la creación de alternativas autónomas. | Foto: ourjourneytosmile.com

Publicado 9 noviembre 2015



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Esmatullah se convirtió en la única fuente de ingresos para su familia después de que su padre fue torturado y mutilado por los talibanes. Ahora da clases de alfabetización.

Alto, desgarbado, alegre y confiado, Esmatullah engancha fácilmente a sus jóvenes alumnos de la Escuela de Niños de la Calle, un proyecto de la comunidad contra la guerra en Kabul con un enfoque en el servicio a los pobres. Esmatullah enseña a los niños trabajadores a leer. Se siente especialmente motivado a enseñar en la Escuela de los Niños de la Calle, ya que, como él dice, "Una vez fui uno de esos niños". Esmatullah comenzó a trabajar para mantener a su familia cuando tenía 9 años de edad. Ahora, a los 18 años, se está poniendo al día: ha alcanzado el décimo grado, se enorgullece de haber aprendido Inglés lo suficientemente bien como para impartir un curso en una academia local, y sabe que su familia agradece su dedicación y trabajo duro.

Cuando Esmatullah tenía nueve años, los talibanes fueron a su casa en busca de su hermano mayor. El padre de Esmatullah no divulgó la información que querían. Los talibanes torturaron a su padre golpeando sus pies tan severamente que nunca ha caminado desde entonces. El papá de Esmatullah, ahora de 48 años, nunca aprendió a leer ni escribir; no hay trabajo para él. Durante la última década, Esmatullah ha sido el principal sostén de la familia, comenzó a trabajar a los nueve años, en un taller de mecánica. Asistía a la escuela en las primeras horas de la mañana, pero a las 11:00 horas, comenzaba su jornada de trabajo en la mecánica, sin interrupción hasta la noche. Durante los meses de invierno, trabajó tiempo completo, ganando 50 afganos cada semana, una suma que siempre le dio a su madre para comprar el pan.

Ahora, pensando en sus experiencias como niño trabajador, Esmatullah tiene dudas. "A medida que fui creciendo, me di cuenta de que no era bueno trabajar como un niño y perder tantas lecciones en la escuela. Me pregunto lo activo que debe haber estado mi cerebro en ese momento, y lo mucho que podía haber aprendido! Cuando los niños trabajan a tiempo completo pueden arruinar su futuro. Yo estaba en un ambiente en el que muchas personas eran adictas a la heroína. Por suerte no empecé, a pesar de que otros en el taller sugirieron que la pruebe. Yo era muy pequeño. Y preguntaba, '¿Qué es esto?', Y decían que era un medicamento, bueno para el dolor de espalda"

"Afortunadamente, mi tío me ayudó a comprar materiales para la escuela y pagar por los cursos. Cuando estaba en el séptimo grado pensé en dejar la escuela, pero él no me dejó. Mi tío trabaja como vigilante en Karte Chahar. Ojalá le pueda ayudar algún día.

Incluso cuando sólo pudo asistir a la escuela a tiempo parcial, Esmatullah era un estudiante exitoso. Sus maestros recientemente hablaron cariñosamente de él como un estudiante excepcionalmente amable y competente. Siempre estaba entre los mejores estudiantes de la clase.

"Yo soy el único que lee o escribe en mi familia", dice Esmatullah. "Siempre deseé que mis padres sepan leer y escribir. Así tal vez podrían encontrar trabajo. A decir verdad, yo vivo para mi familia. No estoy viviendo para mí mismo. Me preocupo por mi familia. Me amo a mí mismo por mi familia. Mientras yo esté vivo, que sientan que tienen una persona que les ayuda. Pero si tuviera la libertad de elegir, me gustaría pasar todo mi tiempo trabajando como voluntario en el Centro de Voluntarios Afganos por la Paz”.

Al preguntarle que siente sobre dar educación a los niños que trabajan, Esmatullah responde: "Estos niños no deben ser analfabetos en el futuro. La educación en Afganistán es como un triángulo. Cuando estaba en primer grado, éramos 40 niños. En séptimo grado, muchos niños ya habían abandonado la escuela. Cuando alcancé el grado décimo, sólo cuatro de los 40 niños continuaron sus clases".

"Cuando estudié Inglés, me sentí entusiasmado con enseñar en el futuro y ganar dinero", me dijo. "Con el tiempo, sentí que debía enseñar a los demás, porque si llegan a ser alfabetizados serán menos propensos a ir a la guerra".

"Las personas están siendo empujadas a unirse a los militares", dice. "Mi primo se unió a las fuerzas armadas. Había ido a buscar trabajo y los militares lo contrataron, ofreciéndole dinero. Después de una semana, los talibanes lo mataron. Estaba a punto de cumplir 20-años de edad, y se había casado recientemente".

Hace diez años, Afganistán ya había estado en guerra por cuatro años, con los gritos de venganza de Estados Unidos por los ataques del 9/11 dando paso a las nada convincentes declaraciones de interés retroactivo por las personas pobres que son la mayoría de la población en Afganistán. Como en otros lugares, donde los EE.UU. han forzado las "zonas de no vuelo" hacia un completo cambio de régimen, las atrocidades entre afganos sólo aumentaron el caos, llevando a la mutilación del padre de Esmatullah.

Muchos de los vecinos de Esmatullah podrían entender si él hubiera querido tomar represalias y buscar venganza contra los talibanes. Otros entenderían si él hubiera deseado la misma venganza contra los Estados Unidos. Pero en lugar de eso, él se alinea con hombres y mujeres jóvenes insistiendo en que "La sangre no limpia la sangre". Ellos quieren ayudar a los niños que trabajan a escapar el reclutamiento militar y las aflicciones de las personas que sufren a causa de las guerras.

Le pregunté  a Esmatullah que siente acerca de unirse a la campaña #Enough (Suficiente), representada en los medios sociales por jóvenes que se oponen a la guerra, que fotografían la palabra #Enough! escrita en la palma de la mano.

"Afganistán experimentó tres décadas de guerra", dijo Esmatullah. "Me gustaría que algún día seamos capaces de poner fin a la guerra. Quiero ser alguien que, en el futuro, prohíba las guerras".

Tomará un montón de "alguien" para prohibir la guerra, alguien como Esmatullah que llegó a ser educado en la manera de vivir en comunidad con la gente más necesitada, construyendo sociedades cuyas acciones no evoquen deseos de venganza.

**Kathy Kelly (kathy@vcnv.org) co-coordina Voces por la No Violencia Creativa (www.vcnv.org)


teleSUR no se hace responsable de las opiniones emitidas en esta sección

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