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Las negociaciones previstas entre representantes de Donetsk y Lugansk con la delegación del gobierno de Kiev (Ucrania) y el grupo de contacto integrado por Rusia y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), fueron anuladas hasta nuevo aviso, debido a la ausencia del enviado especial del gobierno ucraniano.
Los representantes de las regiones independentistas decidieron retirarse ante la nueva afrenta por parte de Kiev y manifestaron que no se reunirán en tanto no cesen las hostilidades en Donbass (sur).
Por esta razón, el documento que había sido proyectado para enviar a consulta no fue firmado. Entre los principales puntos que se debían aprobar en la cita se encontraban un alto el fuego y el repliegue del armamento pesado hacia la zona de contención a cada lado, esto en cumplimiento de los acuerdos de Minsk del 19 de septiembre de 2014.
A su salida de del aeropuerto internacional de Minsk (Bielorrusia), los representantes de las Repúblicas populares de Donetsk (RPD) y de Lugansk (RPL), Denis Pushilin y Vladislav Deinego, ratificaron una vez más su deseo de apegarse ak Memorando de Minsk, pero la parte ucraniana no colabora.
El representante de Lugansk, Deinego, dijo que Ucrania “dilata la solución de ese problema y busca todos los argumentos, cuando se hace necesario replegar las fuerzas hacia la línea de contención existente en la actualidad y el armamento pesado, y luego ir a las negociaciones”.
Ambas partes insistieron que el argumento de Kiev aludido en defensa de la línea de contención, al 19 de septiembre, es inconsistente y no se ajusta a informaciones fidedignas.
En contexto
El conflicto en Ucrania inició tras la operación militar que Kiev lanzó en el este de ese país contra los independentistas que no reconocen al nuevo Gobierno impuesto tras el derrocamiento del presidente Viktor Yanukovich en 2013.
Desde el pasado 13 de enero se han registrado intensos enfrentamientos pese a la tregua declarada en las conversaciones realizadas en Bielorrusia.
El conflicto ha dejado además cerca de un millón de personas desplazadas y unos 600 mil refugiados, de acuerdo a un informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
