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El primer ministro  israelí, Benjamín Netanyahu ha usado el terror como método para gobernar.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu ha usado el terror como método para gobernar. | Foto: EFE

Publicado 17 marzo 2015



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Las elecciones parlamentarias en Israel han puesto de manifiesto que no basta con apelar al miedo entre los electores para ganar votos. 

En la construcción social del miedo es que Benjamin Netanyahu basó su campaña electoral. El miedo a un Estado palestino, el miedo a Irán y el miedo al colapso israelí en una región convulsa. Pero a pesar de ello Netanyahu no tiene garantizada la reelección más si se tiene en cuenta sus bajos índices de popularidad.

Aunque el actual primer ministro, trató de posicionar su campaña a través de infundir terror apelando a esos tres argumentos, los electores consideran prioritarios otros asuntos.

Los casi seis millones de electores que convocados a las urnas este 17 de marzo están más preocupados por el creciente déficit habitacional, los elevados precios de la canasta básica y los bajísimos salarios.

Lea: “Irán: Netanyahu sigue mintiendo sobre programa nuclear”

Netanyahu por su parte, construyó su discurso electoral con base en factores externos: Palestina, Irán y Oriente Medio en general. Para él lo principal fue insistir en dibujar a los palestinos, y el reconocimiento a tener un estado propio, como la mayor amenaza para Israel.

Lo segundo fue tratar de sabotear las negociaciones con Irán para impedir su desarrollo en materia nuclear.

Finalmente Netanyahu continuó subrayando la compleja situación de inestabilidad en la región. Sin embargo son los factores internos los que al final definen el resultado de las elecciones de este 17 de marzo.

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A principios del pasado mes de diciembre, las autoridades israelíes anunciaron la celebración de elecciones generales anticipadas para el 17 de marzo, después de que Netanyahu destituyera a los ministros de Finanzas y Justicia, Yair Lapid y Tzipi Livni, respectivamente, y disolviera el parlamento.

Israel cuenta con un crecimiento económico impresionante pero al mismo tiempo es una de las sociedades más desiguales. En el pasado quedó el renombre que tenía de ser una de las democracias liberales mas igualitarias del mundo.

Hoy día una familia israelí necesita 148 meses de su salario para comprar una casa, mientras que en Francia con el salario de 76 meses se puede adquirir una vivienda, en Estados Unidos (EE.UU.) 66 meses de trabajo y en Reino Unido con 64 meses.

Lea: “Israel: Trabajadores israelíes protestan contra despidos masivos”

En los últimos sondeos de opinión Netanyahu obtendría 21 sillas en la Knesset (parlamento) detrás de Livni y Herzog que se alzarían con 25. En tercer lugar se encuentran las toldas árabes que por primera vez se han unido en lista común debido a las reformas electorales realizadas con anterioridad y que de una u otra forma obligan a las formaciones pequeñas a unirse so pena de desparecer del espectro político-electoral en el país.

La legislación israelí elevó el umbral electoral del 2 por ciento al 3,25 por ciento de los votos. Al hacerlo, se creó un fuerte incentivo para que los partidos y los políticos se unan sus esfuerzos y combinen partes.

Durante las últimas semanas muchos electores israelíes han cambiado de opinión respecto del poco carismático líder del partido Laborista, Isac Herzog quien tiene serias dificultades para generar confianza y mostrarse como un connotado estadista.

Las formaciones árabes constituyen la primera unificación significativa, que es histórica y se llevó a cabo entre tres partes israelí-árabes: “Hadash”, “Balad” y “Raam-Taal”, los cuales están considerados partidos de izquierda. Es la primera vez que todos los partidos árabes de la Knesset de Israel han unido sus fuerzas y han creado una lista conjunta para una elección.

Los asuntos sociales se han convertido en las últimas semanas en pivote de la campaña. Prácticamente todos los partidos han recalcado esta cuestión aunque lo cierto es que las diferencias entre ricos y pobres se han acentuado significativamente y la situación económica sugiere que van a seguir por el mismo camino.

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La líder laborista, Shelly Yachimovich, una experiodista muy popular, no ha hablado para nada de la ocupación y los palestinos. De hecho, la cuestión palestina ha pasado casi completamente desapercibida y solo Tzipi Livni, la líder de Tnua, ha sacado el tema a colación durante la campaña.

Independientemente de quien gane, uno de los puntos comunes en la política israelí es que ninguno cuestiona la ocupación de los territorios palestinos, aunque algunos estén de acuerdo con el diálogo y la paz negociada.

De otro lado, decenas de miles de israelíes tomaron las calles de Tel Aviv el sábado 14 de marzo para protestar contra las políticas del primer ministro Netanyahu, pidiéndole que dimita.

Según los medios, más de 40 mil manifestantes se reunieron en la Plaza de Rabin, en Tel Aviv, el sábado por la tarde, para criticar a Netanyahu y sus políticas extremistas y pedir un cambio.

Los manifestantes llevaban pancartas que decían “Israel quiere un cambio” y cantaban eslóganes como “Bibi, has fracasado. Vete a casa”.

“Tenemos un líder que lucha sólo en una campaña: la campaña de su supervivencia política”, dijo Meir Dagan, antiguo jefe del Mossad, que se dirigió a la multitud.

“Durante seis años, Netanyahu ha servido como primer ministro. Han sido seis años en los que Israel nunca ha estado más aislado”, dijo. “En esos seis años, él no ha hecho ningún movimiento real para cambiar la región y crear un mejor futuro”.

La viuda de un soldado israelí muerto en la brutal ofensiva del régimen contra la asediada Franja de Gaza del pasado verano también subió al podio y criticó severamente el enfoque del primer ministro hacia el tema palestino.

“Sí, Sr. primer ministro. Lo que es importante es la vida en sí misma, pero es imposible hablar todo el tiempo sobre Irán y hacer la vida gorda hacia el sangriento conflicto con los palestinos que nos cuesta tanta sangre”, dijo Michal Kastan Keidar.

El régimen israelí “ha fracasado a nivel social y económico y no ha mejorado la situación de seguridad”, dijo un manifestante Dror Ben Ami a AFP.

En una reacción a la manifestación, el partido ultraderechista Likud dijo que la manifestación no era más que un acto electoral organizado por los partidos rivales del Likud antes de las elecciones del 17 de marzo. Netanyahu denunció dineros de procedencia extranjera en la campaña electoral y acusó a Suecia de querer derrocarlo.

Lea también: “Netanyahu acusado de presunto despilfarro de fondos públicos”

“El encuentro de Tel Aviv es parte de una campaña orquestada por la izquierda y financiada por millones de dólares del extranjero”, dijo el Likud en una declaración, añadiendo que la protesta había sido organizada en un intento de reemplazar el gabinete de Netanyahu por otro nuevo.

La manifestación tuvo lugar pocos días después de que Netanyahu pronunciara un discurso anti-iraní ante el Congreso de EEUU acusando a la Administración Obama de negociar “un acuerdo muy malo” con Teherán.

Si Netanyahu pierde frente al la coalición de centro-derecha con Herzog y Livni será muy difícil formar gobierno debido a la multiplicidad de agendas de los diferentes partidos. Esto podría llevar incluso, a juicio de algunos analistas, a “elegir el mal menor” y permitir que Netanyahu continúe un período más al frente del gobierno. Hay que recordar sin embargo que las encuestas de opinión en Israel, en la mayoría de los casos se han equivocado.

Varios analistas coinciden en que "da igual quién gana los comicios generales", porque el próximo ejecutivo será inestable y las autoridades israelíes deben prepararse para realizar nuevas elecciones en 2017 o incluso en 2016.

Vea: “Con el voto del ejército arranca la elección general en Israel”


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