La capital de Haití, Puerto Príncipe, ha sido sede desde hace semanas de fuertes protestas contra la realización de las elecciones en la isla y la injerencia extrajera en los asuntos de la isla.

Se esperaba para el 24 de enero la celebración de la segunda vuelta entre el oficialista Jovenel Moise, quien obtuvo en la primera cita comicial el 32,76 por ciento de los votos; y el opositor Jude Celestín, quien alcanzó el 25,29 por ciento.

Celestín no reconoció los resultados de la primera vuelta y aseguró que hubo fraude, propició las manifestaciones y, una semana antes de la segunda vuelta, renunció a participar.

A esto se suma, la renuncia de miembros de la Comisión Electoral Provisional (CEP), la quema de colegios electorales, el llamado del Senado a la postergación de los comicios.

La violencia ante las elecciones en la isla caribeña continúa aumentando y este viernes un exmilitar murió durante un enfrentamiento entre opositores y exfuncionarios de la Fuerza Armada de Haití (FAFH), que fue desmantelada en la década de 1990 por su implicación en disturbios políticos .

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Los caminos para Haití

El actual presidente de Haití, Michel Martelly, dio fe de que dejará el poder este domingo 7 de febrero, cuando completa su mandato, según lo establece la constitución de ese país.

La salida del mandatario dejaría un vacío presidencial, por lo que la incertidumbre reina en la isla y ante este escenario se vislumbran caminos diferentes sobre el futuro su futuro político.  

Los opositores haitianos piden se conforme un gobierno de transición liderado por el presidente del Tribunal Supremo de Justicia. La propuesta opositora plantea que este Gobierno escoja al Primer Ministro y otros 15 miembros del Ejecutivo.

Para la realización de los comicios, la gestión interina debería conformar una comisión que investigue el supuesto fraude electoral, renovar el CEP y fijar la fecha para la segunda vuelta.

Unos 15 partidos políticos de Haití presentaron una propuesta en la que plantean "la designación de un presidente de la Sala de Casación", quien tendrá la obligación de escoger  "un Primer Ministro de consenso de la oposición política en concertación con los sectores de la vida nacional".

Medios locales aseguran que el nuevo jefe de Estado provisional sería designado por el Congreso Nacional.

Otras voces en Haití sugieren que el mandato de Martelly se extienda hasta el 14 de mayo, sin embargo, el actual presidente se niega a esto y evalúa junto a otras partes políticas otras alternativas.

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Ante una posible injerencia extranjera

Si no se llega a un acuerdo para designar al presidente y continúa la violencia, Haití corre el riego de una intervención militar extranjera. Así lo advirtió el ministro de Información haitiano, Mario Dupuy.

“Si continuamos enviando señales de que no podemos manejar nuestro país, lo harán por nosotros (...) podemos convertirnos en un riesgo para nuestros vecinos del hemisferio", alertó Dupuy.

Lo que piden los haitianos

Para el representante de la Plataforma para el Desarrollo Alternativo de Haití y líder social, Camille Chalmers, los movimientos y organizaciones exigen un conjunto de medidas que permitan avanzar hacia una refundación del país e iniciar un cambio radical en el sistema político y en las relaciones con el imperialismo.

En entrevista exclusiva para teleSUR, Chalmers consideró que el Gobierno haitiano continúa en su tradición de negar la voluntad popular del pueblo para la toma de decisiones vitales del país.

Hasta el momento, no hay una acuerdo definitivo entre los actores políticos, por lo que con el Parlamento analiza las propuestas, mientras que el Ejecutivo celebra negociaciones de alto nivel para evitar un vacío de poder.